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¿Uno? ¿Dos? No, Habían pasado 4 meses desde que Taehyun había entrado en coma, y desde que Yunah junto a sus primos fueron a vivir a casa de Sunhee, la madre de Heeseung. Muchas cosas habían cambiado en todo ese tiempo.

Empezando por el nacimiento de  Jaemin, el bebé de Beomgyu y Taehyun, aunque fue un parto difícil para el castaño, con ayuda de Jake y sus suegros, poco a poco pudo sobreponerse, por su bebé, por sus hijos, por él y por su esposo.

La madre de Jake y Taehyun al enterarse de lo que pasó con su hijo mayor, no dudo en ir a mostrarle todo su apoyo a su yerno, dejando de lado todo el pasado y las palabras hirientes que en su momento le dijo al botarlo de casa, ofreciéndole su ayuda para conocer más a sus nietos y cuidarlos, por lo que los niños no pasaron más de dos semanas viviendo con su prima a la cual visitaban constantemente.

En cuanto Taehyun no mostraba mejoría alguna, los médicos no daban esperanzas de que pudiera recuperarse y esa era una verdadera tortura para todos los que estaban pendientes de él.

La relación de Heeseung y Jake había mejorado de una forma notable, las salidas y las cenas se hicieron cada vez más constantes, que, aunque ninguno lo admitía en voz alta, hacia que su corazón saltara de alegría.

Por otra parte, Yunah se había acoplado de una forma maravillosa a la vida del pelinegro, quien no solo era su padre, sino su mejor amigo.

—¿Se puede saber porque te llevas a Yunah sin mi permiso? —Heeseung preguntó cruzado de brazos al ver a su hermana llegar con su hija y varias bolsas en sus manos.

—No seas amargado, tengo todo el derecho de disfrutar de mi sobrina.

—Lo sé, pero ella tiene cita hoy con Yunjin y es una cita la que no puede faltar lo sabe.

—Bueno —le rodo los ojos dejando las bolsas en el suelo— Ve a cambiarte de ropa preciosa para que vayas con la psicóloga.

—A la orden tía.

Dicho eso, Yunah fue corriendo a su habitación, provocando un suspiro cansado de Heeseung.

—¿Cuánto tiempo más deberá ver a Yunjin? Yo veo que ella está muy bien, es una niña feliz.

—No he hablado con Jake sobre ella, sobre los cambios y aunque ahora todo parezca normal, vendrán momentos con muchos más cambios.

—No te entiendo.

—Jake vive en Londres, ahora por lo que pasa con su familia se esta quedando más tiempo, pero debe regresar allá, pronto... pronto se va a casar y sé que a Yunah no le agrada ese hombre, no sé ni siquiera como vamos a hacer para que ella este con ambos, son continentes distintos.

—Que él venga a vivir aquí, ya te tuvo mucho tiempo alejado de ella, mereces estar con Yunah.

—Chaeryeong.

—No Heeseung, tú no tienes porque adaptarte a él y Yunah no tiene porque salir perjudicada, él te la ocultó por ocho, tú puedes ponerle una denuncia y hacer que se mude obligatoriamente aquí para que la veas y pases tiempo con ella.

—¿Sabes? No perderé mi tiempo hablando contigo, tengo una hija en la que pensar, una hija que ama a su papá, que está acostumbrada a un tipo de vida, no voy a poner mis intereses por encima de los de ella o los de él y es una pena que no puedas entenderlo hasta ahora.

Heeseung estaba molesto con su hermana por insinuar en que podía quitarle la custodia a Jake, quien había criado a su hija con tanto amor, cariño y dedicación ¿Cómo podría hacerle eso a la persona que amaba? Incluso si lo hiciera, eso afectaría a Yunah, era consiente de lo mucho que la pequeña lo amaba.

No, definitivamente esa idea estaba descartada.

Salió de la sala y subió las escaleras hasta la habitación de su hija, toco la puerta y después de escuchar un "adelante" como respuesta, entró, encontrando a su pequeña viéndose al espejo y peinando su largo cabello negro.

—Princesa, iremos solo con Yunjin, no vamos a ninguna fiesta.

—Tienes que vestirte bien, como si fueras a encontrarte con tu peor enemigo.

Heeseung parpadeo varios veces antes de reír.

—¿Qué dices hija? Vamos de una vez, la semana pasada llegamos tarde.

—Mi tía Chaer siempre dice que el placer de vestirse es un arte.

—Creo que ya no dejare que te juntes tanto con tu tía —volvió a reír mientras la cargaba y bajaba las escaleras.

Con ella en brazos salió de la casa de su madre y la subió al auto, poniéndole el cinturón de seguridad y posteriormente subiéndose él. Apretó el acelerador y comenzó a conducir hacia el consultorio de Yunjin, el cual quedaba en el centro de la ciudad, todo el camino escuchando las canciones de Shawn Mendes, por órdenes de la pequeña enana que tenía como copiloto.

Al llegar al edificio donde se ubicaba el consultorio, ambos bajaron del auto dirigiéndose al interior del lugar, siendo bien recibidos por la secretaria, que amablemente hizo pasar a la pequeña mientras Heeseung esperaba afuera, leyendo algunas revistas que estaban en la mesa del centro.

Casi 50 minutos después, Yunjin y Yunah salieron juntas del consultorio, como era costumbre después de todas sus citas, la mayor sacó de su maletín unas llaves con las que cerró el consultorio.

—¿Alguna cita o llamada, Giselle?

—No doctora, ninguna.

—Bueno, eso es todo, puedes irte, nos vemos —le dijo a su secretaria viéndola con una sonrisa.

—Esta bien doctora, nos vemos.

La pelirroja le sonrió y ordeno sus cosas junto con las de su escritorio para luego irse, dejando solos a los tres pelinegros.

—Vamos Yunjin, te llevamos a casa.

—Heeseung, no quiero abusar de generosidad, pero —habló con timidez y sonrió apenada— ¿Podemos ir a comprar una pizza, por favor?

—¡Yo también quiero una pizza! ¡Vamos papi, por favor!

Yunah al escuchar las palabras de su psicóloga no dudo en hacer pequeños pucheros para que su padre la complaciera como en la mayoría de las ocasiones.

—Bien, vamos por la pizza, pero solo porque Yunjin lo pide, no es por ti Yunah, no te acostumbre a que te cumpla todo —la regaño en broma.

Los tres salieron del edificio, la dulce pelinegra dejó todo en orden antes de salir despedirse de todos los que estaban cerca, como los señores de la limpieza, el portero y los de seguridad.

Heeseung abrió la puerta trasera haciéndola subir primero y posteriormente subiendo a Yunah, abrochándole cinturón y finalmente él, en el asiento del piloto. Puso en marcha su auto hacia la "Pizzeria d' Buzza", una de las mejores pizzerías de todo Seúl.

Una vez que llegaron, Heeseung bajó abrirle la puerta a Yunjin quien le agradeció con una tierna sonrisa y luego fue a bajar a su pequeña hija, los tres entraron al restaurante y buscaron una mesa para sentarse, sin darse cuenta de que alguien los estaba mirando con una punzada en el corazón.

𝐅𝐨𝐫𝐠𝐞𝐭 𝐎𝐫 𝐋𝐨𝐯𝐞 ʰᵉᵉʲᵃᵏᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora