|Cap. 002| -AL MENOS ERES TÚ-

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Apenas ayer habían vuelto a su hogar, con su pueblo y sus propias pertenencias. La mañana se asomaba por las puertas de madera.

―Te casarás con Hoseok.― su madre dijo.

Los ojos rojos de ambos se encontraron. Un surco se formó en la frente del menor mientras su boca se abría en sorpresa.

―¿Qué dices, madre?

―Lo que oíste, hijo mío.

Su rostro se mostró con sorpresa y confusión. Miró a su padre y a su madre queriendo respuestas.

¿Casarse con Hoseok? ¿Con aquel niño? ¿Por qué era tan repentino?

―Estás comprometido. Ve aceptándolo y espero no recibir queja alguna.

Su padre posó una mano en su hombro y le sonrió mientras su madre salía de la habitación. Siendo tan fría como siempre ha sido, aunque no lo parezca.

―Padre, ¿Por qué?

―Tú sabes que tenemos problemas con los Jung desde hace mucho, pero ahora que los Lee han aparecido debemos juntarnos para no estar vulnerables a una posible guerra. Nos necesitamos proteger.

Miró a su papá y este también lo hizo ―¿Me casaré ahora, padre? Soy muy joven.

―No, será cuando Hoseok cumpla los 18 años. Pero aun así, tu compromiso con los Jung nos mantendrá a salvo por un tiempo, hijo. Nadie querrá meterse con las dos dinastías más fuertes de Corea si trabajamos juntos.

Taehyung bajó la mirada, sus manos se juntaron en su regazo y asintió ―Sí, padre...

―Hijo, sé que la idea es abrumadora, pero es tu deber. Yo también me casé con tu madre de aquella forma y ahora la amo más que a nadie.

―Porque no tuviste otra opción.― levantó la mirada.

―Sí, también por eso.―Una sonrisa se posó en su rostro y Taehyung le devolvió el gesto.

―Lo entiendo, padre. Es por nuestro pueblo, ellos merecen estar a salvo.― la sonrisa se mantuvo casi extinta.

Orgulloso por sus palabras maduras y honestas HaeMin palmeó su espalda. Se levantó mientras Taehyung seguía sentado sobre sus talones.

Salió de la habitación y en el pasillo principal se encontró a su esposa. La tomó suavemente de la muñeca y se puso frente a ella.

―¿Hablaste con él?

―Sí. Tú sabes lo obediente que nuestro hijo es.― asintió la mujer.―¿Y cuando le diremos que es un hombre doncel?

―Deja que lo averigüe por su cuenta, HaeMin. No es importante ahora.

El hombre pareció indignado ―Es tu hijo, merece saberlo, HeeSi.

―No es importante ahora.― repitió.

―Claro que lo es, no podemos esconderle el hecho de que nos dará descendencia. ¿Qué pasa si es mucho para él?

El rostro de la mujer expresó molestia y frialdad mientras sus ojos rojos parecían oscurecerse ―Recuerda que la idea fue mía, por lo tanto, me debes respeto por salvarnos. Deja ya de estar contradiciéndome.

Ella se alejó a pasos calmados, satisfecha consigo misma. Él se quedó callado.

En algún punto yo... Pensó, pero el pensamiento se quedó corto. Dándose la vuelta volvió a la habitación con su hijo.

Tres lunas después Hoseok y sus padres la dinastía Kim. Hoseok y Taehyung en el patio otra vez estaban, como aquellos días anteriores, pero ahora era... incómodo.

Ahora eran conscientes de su futuro. O al menos Taehyung entendía el peso de lo que pasaría.

―Ahogará la flor, TaeTae hyung.

Su voz lo regresó de sus enredados pensamientos. Se percató de que estaba regando de más a la pobre flor que había plantado. Dejó el recipiente con agua a un lado.

Taehyung tuvo el permiso de sus padres para plantar una pequeña flor blanca en su jardín, y con ayuda de Hoseok lo habían logrado.

Él realmente amaba la naturaleza.

―¿Por qué estás tan callado, Tae Hyung?

―Solo estoy distraído...

Hoseok hizo una mueca de tristeza ―¿Usted está molesto conmigo?

Taehyung negó suavemente y lo miró ―No es eso, Hoseok.

―No me llame así, llámeme como antes.― pidió mientras se sentaba al lado de su mayor.

―¿ Hoseokie?― el niño asintió mientras tímidamente jugaba con la tierra entre sus manos ―Bien, lo siento. Sólo estoy un poco confundido sobre el futuro.

―¿Lo dice porque nos casaremos?

Los Jeon ya le habían explicado a Hoseok lo que pasaría en el futuro y ahora.

—Si

Hoseok mordió su labio inferior y con la duda en su lengua la dijo ―¿No quiere casarse conmigo? ¿No le agrado, es eso?

Taehyung lo escaneó un momento mientras el niño observaba la flor blanca para evitar su mirada.

Hoseok tenía once años, era pequeño de estatura porque él le ganaba por cinco centímetros gracias a la edad. Era un niño tierno, tímido y animado por lo que rápidamente se ganó su cariño. Hoseok nunca lo apartó por sus ojos tan extraños como otras personas hacen.

―Claro que me agradas, Hoseokie.― le sonrió ―Eres como el hermano que nunca tuve. Te quiero mucho.

El niño sintió su cara arder por el Te quiero que su hyung le había dado junto a esa linda sonrisa.

Y no pudo evitarlo, se inclinó hacia él y plantó un beso en su mejilla tomando por sorpresa al adolescente.

―Me besaste...― su mano se posó en la mejilla besada y lo miró con los ojos más abiertos que de costumbre.

―¿Estuvo... mal?

Las mejillas de Taehyung se colorearon y él negó desviando la mirada ―Descuida, está bien.― lo miró ―¿Por qué lo hiciste, Hoseokie?

―Porque estoy feliz.― de su boca una sonrisa surgió ―Feliz de que lo tenga a usted, es mi primer amigo y en unos años seremos esposos. Significa que estaremos juntos mucho tiempo, como le prometí.

Parpadeó rápidamente por las palabras del menor ―Oh tú... ¿Quieres casarte conmigo?

―¿Por qué no?

Hoseok parecía sincero y decidido. Taehyung sólo ladeó la cabeza mientras reía, el menor lo siguió.

Quizás no tenía de qué preocuparse, al menos era Hoseok a quién quería... Aunque como un hermano.

El menor señaló la flor blanca ―¿Podemos plantar más? Se ve muy bonita aquí, las otras flores son muy tristes.

Le dió un vistazo a su aburrido jardín y asintió feliz. Le faltaba color, pero eso era culpa de su madre porque odia las flores

―Gracias a ti mi jardín se sentirá menos solo.

―Gracias a usted yo me siento menos solo.

El corazón de Taehyung se aceleró ante la sonrisa que Hoseok le dedicó.

¿Eso que significaba?

Corazón TraicionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora