CAPITULO 2- LOGAN BLASON CARLO

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—¡NO ES NECESARIO QUE TE VAYAS! —gritaba Valeria, la madre de Logan, mientras este último empacaba sus cosas. Él no quería ver a su madre, pues sabe muy bien que su corazón es blando y tomaría la decisión incorrecta.

—¡Para que quieres que me quede! ¡Para que me culpes a cada rato por la muerte de mi hermano! —Logan no dejaba de llorar, en su mente solo estaban las imágenes de ese trágico día. Recordaba el olor a gasolina y la sangre impregnándose por su nariz, mientras veía como su hermano se desvanecía a lado de él.

—Juro que ya no te diré nada, juro cambiar. —mencionaba Valeria mientras lentamente se acercaba a su hijo con el propósito de abrazarlo.

—Déjame en paz, mi tío ya me acepto en su casa y la escuela ya me dio el cambio para la ciudad, no tengo porque seguirte soportando. —Logan salió del cuarto y se dirigió al baño, al entrar se miro al espejo, vio sus ojos que se encontraban rojos, no pudo evitar llorar.

Pasaron los minutos y su llanto no paraba, se puso en cuclillas en el piso para tranquilizarse. Solo quería un abrazo, de alguien.

Al salir lo primero que vio, fue a su tío, se llama Raúl y es hermano de su madre, quien lo esperaba con los brazos abiertos, el no dudo y corrió hacia el para abrazarlo, sus lágrimas ya no salían, pero las de Raúl sí. Ver a su sobrino sufrir por tanto no lo podía soportar. Ellos poco a poco dejaron de abrazarse.

—¿Ya empacaste todo? —le dijo Raúl a Logan, el solo asintió con la cabeza. Logan fue por sus maletas al cuarto, mientras Valeria miraba con oído, pues sentía que su hermano le estaba robando a su hijo.

—¿Estas feliz? —dijo Valeria con enojo. —¡Te llevaras a mi hijo y me dejaras sola! —se acerco lentamente para encarar a su hermano.

—Deja de decir pendejadas, yo no te estoy quitando nada. —Raúl trataba de no alzar la voz, pues no quería armar un escándalo. —El es adulto y sabe lo que es mejor para el y lo mejor es alejarse lo mas que pueda de ti. —sabía que sus palabras hacia su hermana estaban siendo dolorosas, pero pronto la conversación se cortó cuando salió Logan con sus maletas.

—Estoy listo ¿Nos podemos ir? —dijo Logan con tono neutro.

—Si, ya vámonos porque en el periférico hay tráfico. —Raúl camino hacia la puerta y detrás de el iba Logan con la frente en alto, no pude ver a su madre a los ojos, ni siquiera decirle adiós, cuando salieron solo pudieron escuchar como Valeria lloraba y como pareciera que arrojaban algo al piso. En otros tiempos él hubiera entrado preocupado para ver si su madre estaba bien, pero ya sabia que solo era una rabieta más.

Durante todo el trayecto hubo silencio, ninguna palabra salía de sus bocas, el ambiente se empezaba a tornar incomodo, la música que sonaba en el auto hacia un poco ruido, pero no lo suficiente. Raúl decidió romper la barrera de silencio con su sobrino.

—Te va a fascinar la zona, un poco insegura pero no tanto como Tlanepantla. —rio Raúl suavemente.

—¿Crees que ella estará bien sola? —dijo Logan con tristeza, Raúl suspiro y trato de tranquilizarlo.

—Mira Logan, tu mama ha sido alguien ojete contigo. Tan solo te quiere junto a ella para no quedarse sola, no le importas tu. —dijo con voz tranquila y sin quitar la vista del camino, había tráfico, pero aun asi quería estar alerta ante cualquier cosa que llegue a pasar.

—¡No es cierto! —grito Logan.

—¡Abre los ojos Logan! —Raúl se orilló y freno el carro, no le importo que lo llegaran a multar. —¡Entiéndelo, no vas a lograr nada si no aceptas la realidad! —los ojos de Logan se llenaron de lágrimas.

—Perdón... no quería gritarte asi, pero es que... me siento como si ya no tuviera un futuro al que aspirar. —ante ese comentario su tío lo abrazo. Logan paro de llorar y cambio de tema. —Entonces... la zona es más segura ¿Verdad? —Raúl le sonrió y acelero, continuaron su camino con una plática más tranquila.

Al llegar a su nuevo hogar, noto un gran letrero que decía "LOS MAMADOS", pues Raúl es dueño del lugar junto con su amigo, escogieron ese nombre por el buen físico que tienen ambos, el lugar tiene 3 pisos, el primero es una taquería, el segundo es una bar-karaoke y el tercero es donde viven.

Al entrar lo primero que vio fue a Emiliano, segundo dueño del lugar, contando lo de las ganancias de hoy, les sonrió al verlos entrar.

—¡Que pedo mijos! ¿Por qué tan tarde? —Emiliano es alguien que esta alegre todo el tiempo, pareciera que su vida va perfectamente.

—Había mucho tráfico y aparte pasamos por algunas cosas para él. —Raúl señalo a Logan.

—¡Logan! Tanto tiempo, veo que no te ha ido nada mal, te vez bien. ¿Has estado haciendo ejercicio? —el comentario hizo que Logan se sonrojara porque, aunque tuviera cara de que es una persona segura, tiene la personalidad introvertida.

—Gracias... Si he ido al gimnasio... ¿Dónde me voy a quedar? —dijo mirando a su tío.

—En el tercer piso, en el mismo cuarto que tu primo que, por cierto, está muy emocionado de compartir contigo. —Logan tomo sus maletas subió por las escaleras, al llegar al segundo piso, vio el bar, es colorido con paredes negras con luces neón verdes, naranjas y amarillas con múltiples luces en el techo, tiene 10 mesas redondas, y un pequeño escenario para que la gente suba a cantar.

Al llegar al tercer piso vio un departamento grande, y a su parecer muy masculino, los muebles parecían ser finos, las paredes color negro con posters de actrices porno, de inmediato pensó que eso fue idea de Emiliano, los sillones color café con una enorme pantalla enfrente, el comedor y la cocina estaban en el mismo lugar, igual del mismo color del sillón.

Camino por el pasillo y llego al cuarto donde estaba su primo, al entrar lo vio sentando en su escritorio, haciendo su tarea. Este al voltear y ver a Logan, corrió rápidamente hacia él y lo abrazo.

—¡Primo, si viniste con nosotros! —Logan empezó a reír, pues se le hacia tierno de su parte, aunque el tuviera 13 años. —Qué bueno que estas aquí. —Logan soltó el abrazo y puso sus cosas en la cama vacía.

—Daniel, solo me quedare hasta ver a donde pueda ir. —Daniel estaba muy contento con la llegada de Logan, quien ya estaba comenzando a desempacar, entre ellos platicaron hasta que llegó la madrugada.

Esa noche Logan pudo dormir tranquilo y pero aun tenía miedo, pues mañana seria su primer día en su nuevo grupo de universidad.

Morir En El IntentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora