Capítulo uno

587 67 3
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Tu propósito"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Tu propósito"

Para cuando la emboscada había comenzado, ella pasaba por un miedo que nunca había experimentado. No por lo que pudiese ocurrir con ella, sino por la seguridad de Rhaena, Joffrey y los huevos de dragón que habían dejado a su cargo.

Al ver que detenían el carruaje, se había apresurado en ayudarlos a escapar con uno de los guardias que los escoltaban hacia el Valle de Arryn, para así arriesgarse en su lugar.

— Escúchame, deben irse de aquí ahora mismo. —Observó a Rhaena con un notable pánico en su mirada, extendiéndole a Joffrey para que lo cargara.

— ¿Qué? No, no te dejaré aquí, Daelia. —Protestó su media hermana, mientras ayudaba a abrir la puerta para que pudiesen escapar.

— No fue una pregunta. Si no se van, los van a asesinar. —En cuanto abrió la puerta, tomó a Rhaena del brazo y la obligó a bajarse junto al guardia que llevaba los huevos que aún no habían eclosionado. — Estaré bien, confía en mí.

Lo último que supo de sus hermanos era que corrían hacia el bosque a encontrar un lugar seguro, o eso esperaba.

No podía tomar control de sí misma, ni hacia donde se dirigía y mucho menos ordenar los pensamientos de su cabeza; estaba siendo sostenida por dos hombres que habían atado sus manos y cubierto sus ojos con una venda. Le dolían las partes en las que tenía cortes por el reciente enfrentamiento, las piernas ya cansadas de tanto caminar e inevitablemente le dolía la cabeza al oír al maldito Ser Criston dar indicaciones a los demás hombres para que no la dejasen escapar.

𝗗𝗔𝗘𝗟𝗜𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora