• 𝗟𝗮𝗺𝗶𝗻𝗲 𝗬𝗮𝗺𝗮𝗹 se enamora de la hermana de aquel gran jugador Jude Bellingham, Jazmín. Las cosas no iban a ser tan fáciles para él, Jude no dejaría que un chico del equipo "enemigo" intentara algo con su hermana pero sin importar eso Lami...
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JAZMIN'S POV
— Lunes; Ignoré a Jude por completo, pensé que él podría haber reflexionado y haberse arrepentido de lo que me había dicho pero no, ya hablaré con él en otro momento, o eso supongo.
Caminé hacia la moto de Lamine con una gran sonrisa en mi rostro, estaba guapísimo o buenísimo, no se lo que era pero tenía algo que puf.
— Estas muy guapa, Jaz. — Dijo el rizado mirándome de arriba a abajo
— Muchas gracias. Tu también estás increíble. — Respondí con una leve sonrisa y cogí el casco que me dió en la mano.
Me monté en la parte trasera de la moto y pusé mis manos sobre sus hombros para no arrugar su polo, era muy perfeccionista y no me haría ni pizca de gracia que me lo hicieran a mi.
Pero lo repito, estaba guapísimo, ese polo blanco con esos pantalones blancos cortos, los rizos definidos y ese perfume, me desmayaba ahí mismo.
De repente el coche de enfrente dio un frenazo y tuvo que frenar también, por poco y nos chocábamos con el coche de enfrente.
— Pedazo gilipollas. — Dijo el rizado dándole a la bocina para que se enterara el de enfrente. — Lo siento.
— Ni las des. Estaba claro que es un tonto. — Reí leve. — Podría ser yo perfectamente conduciendo por primera vez.
Nos reímos los dos y por fin llegamos en dónde iba a ser la fiesta, era un local bastante grande y lleno de gente, perfectamente me podía perder ahí.
Lamine me cogió de la muñeca delicadamente para llevarme donde estaban los demás.
— Madre mía cuanta gente. — Le dije en oído casi gritando debido a la música.
Llegamos hacia donde se encontraban todos los chicos y me los presento. Si no mal recuerdo estaba Gavi, Fermín, Héctor, Cubarsí, Balde, como para no olvidar su nombre, y algunos más.
Al lado estaban algunas chicas, algunas eran hermanas de jugadores o parejas, me acerqué a ellas para presentarme, la verdad que eran muy majas.
Fui a la barra para pedir algo para tomar y mientras esperaba apareció el moreno a un lado.
— Que susto. — Nos reímos ambos.
— ¿Ya estás mejor con tu hermano? — Preguntó el moreno. Sabía que no lo hacía con maldad ni nada de eso pero no tenía muchas ganas de hablar de ello.
