Capítulo 1

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Su cita de esa noche se despidió con el típico «Me surgió algo».

Jaekyung soltó una risilla y le pidió al tipo de la barra otra bebida igual a la que estaba por terminarse, mientras sus labios rozaban el vaso miraba el lugar, hasta ahora nada interesante y tampoco era como si esa cita suya le hubiera despertado algún deseo ansioso por arrinconarlo en los baños.

Gran decepción. Un nerd que conoció en un foro virtual donde varios intelectuales describían su personalidad con palabras clave y supuestamente la inteligencia artificial te unía con aquellos que tenías más afinidad. No podía fiarse de esas cosas ¿95% de compatibilidad? Pfff... si el pobre chico se puso a temblar en cuanto se acercó en modo seductor y le insinuó que podían ir a un sitio más tranquilo.

Buscaba relajarse después de un día de infierno. Los del equipo nacional estaban listos para las próxima competencias y una revista deportiva había tenido la genial idea de reunir a los de natación y a los de otras disciplinas en la universidad de Seúl con el objetivo de grabar pequeñas secciones en vídeo y sacar un millón de fotografías, mejor dicho, dos millones.

Fue agotador y eso de socializar con desconocidos le voló la cabeza porque era aburrido obligarse a sonreír, fingir buen humor y no soltar maldiciones si se hartaba de los retrasos. El entrenador Park lo estuvo controlando durante todo el maldito día, según ese hombre, arruinar su imagen por una mala actitud, o una cara de limón agrio, sería perjudicial para la imagen que se le ofrecía al país.

Jaekyung era en palabras del entrenador: Uno de los rostros jóvenes más importantes del deporte, su imagen importaba.

Por favor ¿Qué imagen? El mundo lo amaba, bastaba con ganar alguna competencia y les tenía a todos a sus pies.

—Sírveme lo más fuerte que tengas— dijo una voz a su lado. Una bonita voz.

—¿Un mal día? — preguntó el tipo que preparaba las bebidas y Jaekyung no pudo reprimir ese lado entrometido suyo; tenía que mirar y agudizar el oído para oír bien.

—Y una noche— dijo el que se quejaba mientras le mostraba una marca rojiza en el cuello. El de la barra y él parecían viejos conocidos—. El idiota de allá intentó tocarme en el baño ¡Qué asco! ¿Por qué tendría un filtreo en un sitio que huele a mierda y vómito?

Jaekyung estuvo a punto de escupir lo que estaba bebiendo (le dieron ganas de carcajearse). Miró mejor al chico que se quejaba. Una idea le daba vueltas y vueltas. Con esa cara... ¡Lo tenía! Era ¿Kim Dan? Al parecer ese era su nombre y si la memoria no le fallaba, era una estrella del voleibol en la universidad de Seúl ¡Por supuesto! Fue el tipo al que le hicieron más fotografías, fue el único con el que los profesores quisieron hacerse de un recuerdo, fue al que las chicas animaron cuando la reportera a cargo le hizo preguntas sobre sus trucos para tener ese dominio de partido.

Aburrido, pensó entonces. Él entendía de voleibol lo que entendía de matemáticas, así que le restó importancia, pero vaya que se había fijado en él y en esas gotitas de sudor que le resbalaban por la piel de los brazos. De hecho, les tocó estar muy juntos en una de las fotografías, Jaekyung le sacaba varios centímetros y fue como si desde su posición obtuviera la capacidad de almacenar todos los datos importantes sobre el chico que le robaba suspiros hasta las supuestas fanáticas de los nadadores.

Así que no era el único ¿Eh?

Vaya descubrimientos que podías tener en un momento de relajación en un bar gay que llevaba por nombre "Los cariñosos"

—¿Pasa algo? — la voz de Kim Dan lo arrastró a la realidad. Mirar demasiado podría malinterpretarse, estaba ahí tan absorto en él que nunca se planteó lo de ser descubierto.

Casualidades imposibles (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora