GOTAS DE UNA PASIÓN [kooktae]

༻PREFACIO༺

TAE HYUNG

—La vida es un sueño.

«Pero qué digo, por qué me miento a la cara, la vida no es un sueño, al menos no para mí».

Mi vida es una pesadilla constante, es el infierno en el que ardo todos los días, es el maldito dilema de sonreírle a todo el mundo mientras me quemo poco a poco, lentamente, deseando que todo acabe de una condenada vez; pero mi destino ya fue trazado desde el día en que nací: sufrir, ese es mi destino.

Al inicio me preguntaba si Dios me ponía a prueba; «pero qué prueba es esta la de estar muerto-vivo». Me duele respirar, me pesa hablar, me causa sufrimiento escuchar a los demás; es una agonía comer, bañarme, hacer los deberes, hasta mirar mi reflejo en este espejo que me recuerda día tras día los deseos que tengo de morir, morir de verdad, dejar este mundo de dolor y tristeza.

«¡Maldito mundo, maldita vida! Maldita existencia».

Y malditos sus labios perfilados y de color rosa; sus ojos oscuros azulados que al mirarlos es como si viera el fondo del océano, unos ojos que me hacen sentir pequeños pececillos en el estómago en vez de mariposas. Malditas sus cejas negras que hacen el contraste idóneo con sus oceánicos ojos y, malditas sus manos suaves que invitan a mi mente a ver las estrellas con cada tacto, en cada roce.

Pero maldita es también su sonrisa divina ante la que mi corazón siempre estalla en chispas de chocolate y derrama miel. Maldito su cabello sedoso y rubio, su piel agradable a mi mirada y al conteo de mis dedos sobre ella; pero sobre todo, maldita bendición el atractivo aroma de su perfume "Gotas de una pasión": embriagador, seductor, una tortura, un regalo.

Morir o vivir en su fragancia era lo mismo que pasear por un jardín tenebroso, era el mismo pensamiento, la idea que fue cayendo como pequeñas partículas de agua en una tierra seca y sedienta, derramándose como las gotas de una pasión que contenía aquel frasco vidrioso color escarlata sellado en la boca por un corazón... que se volvió polvo cuando encontró algo más duro que él: el suelo, la cruda realidad, esta maldita vida.