Cinque ❀ Café con leche y suspensión de sentidos

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TAE HYUNG

"Coffee and Vanilla" es mi Café favorito de la ciudad, porque aunque su nombre es único son variados en el servicio, es lo que me encanta del lugar, además es acogedor.

Al entrar mis ojos visualizaron a un chico apuesto vistiendo un jersey de angorina color champán y un pantalón mezclilla bien ajustado, sentado frente al ventanal color índigo junto a la mesa de la esquina; el chico al verme aparecer se levantó torpemente de la silla.

—Hola, buenas noches —me acerqué y le saludé; pero él no dijo nada, seguía mirándome de pies a cabeza con ojos brillantes.

—Bu... buenas noches —estaba nervioso, fue hacia mí, sacó una silla e invitó a sentarme, eso hice. Luego él regresó a su puesto sin apartar la vista de mí.

—Di algo por favor —supliqué algo tímido.

—Perdona, es que tu increíble belleza me ha dejado sin palabras.

Dios, el rubor se asomó a mis mejillas, no me esperé esas palabras.

—Tú, también estás divino —bajó la mirada inquieto y sonrió, en ese momento un mesero se nos acercó para pedir nuestra orden.

—Buenas noches, bienvenidos. Aquí tienen —nos entregó la carta donde mostraba toda una variedad de café, una a cada uno; pero conozco el lugar y siempre pido lo mismo.

—Para mí... un... capuchino, por favor —dijo el chico frente a mí.

«¿Un capuchino? Wow, y qué forma tan insegura de decirlo, me hace pensar que no sabe siquiera que ha pedido café con leche espumoso».

Me giré hacia el chico que nos atendía para decirle mi pedido y me percaté que me observaba sorprendidamente.

—Para mí...

—Un café irlandés y un vainilla. ¿Cierto? —dijo, muy alegre.

Ahora el sorprendido era yo. «¿Cómo lo sabe?» Él era un chico guapo y con el cabello verde; pero, ahora que me fijo bien... «¿Destiny why?».

Es ese chico que me echó el café encima la primera vez que traje a Amy, era su primer día de trabajo y estaba nervioso. Se disculpó mucho conmigo, le dije que no hacía falta pero cuando estaba en el baño solo en pantalón y la camisa en la mano echándole agua, él entró para ofrecerme ayuda.

Para el remate yo hablaba solo maldiciendo mi mala suerte cuando noté su presencia, le miré y el pobre estaba con la boca abierta, los ojos botados y vuelto un témpano de hielo.

Ese día conoció quién era yo y como penitencia le hice jurar que no le dijera nada a nadie. Hace tres años que no vengo. No puedo creer que me halla reconocido incluso con esta vestimenta, esto no es bueno, nada bueno.

—Cierto, solo que hoy quiero dos vainilla, no uno —dije, extendiéndole la carta.

—Enseguida —recogió las cartas y se alejó para atender a otros clientes. Dirigí mi mirada hacia...

«Por cierto, aún no sé cómo llama, él ni siquiera ha tenido la oportunidad para presentarse correctamente. ¿Le pregunto, o dejo que sea su propia iniciativa?».

Me cuestionaba cuando empezó a sonar una música de fondo muy romántica, era en idioma inglés y ya la conocía: "Knowing of you".

JUNG KOOK

Al verla entrar al Café, luciendo como una diosa, mis nervios se dispararon junto con mi corazón. Nunca una mujer había causado en mí tantas emociones como lo hace ella tan solo con su presencia, no puedo siquiera dejar de mirarla; adoro su belleza, su voz, su delicadeza, su sencillez y, sobre todo: su increíble perfume.

GOTAS DE UNA PASIÓN [kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora