Capítulo 4 - El Futuro

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Después de la boda, nuestra vida tomó un ritmo hermoso y caótico. Nos mudamos a una casa más grande, aunque la mayoría del tiempo estuviésemos cada uno en una punta del país. Se había convertido en nuestro refugio. Cada rincón de nuestra nueva casa reflejaba nuestras personalidades y nuestro amor compartido.

Pedri y yo seguimos brillando en el fútbol, encontrando un equilibrio perfecto entre el trabajo y la vida personal. Nuestros fines de semana eran sagrados; siempre encontrábamos tiempo para nosotros, ya fuera para una escapada romántica o una noche tranquila en casa.

La vida parecía estar sonriendo, pero ambos sabíamos que faltaba algo más para completar nuestra felicidad. Una noche, mientras paseábamos por la playa, Pedri se detuvo y me miró con esa sonrisa traviesa que tanto me gustaba.

-Unai, he estado pensando... -comenzó, tomándome de la mano-. ¿Qué te parecería si adoptáramos un perro?

La idea me hizo sonreír. Siempre habíamos hablado de tener una mascota, pero con nuestras vidas tan ocupadas, nunca habíamos dado el paso. Sin embargo, en ese momento, sentí que estábamos listos.

-Me encantaría, Pedri. Sería genial tener un perro corriendo por la casa, acompañándonos en nuestros paseos y dándonos más razones para sonreír.

Pocos días después, visitamos un refugio de animales. Ahí conocimos a un adorable cachorro mestizo de ojos grandes y curiosos que parecía estar esperándonos. Lo adoptamos y lo llamamos Capi, en honor a nuestras carreras de fútbol.

Capi rápidamente se convirtió en un miembro esencial de nuestra familia. Sus travesuras y energía llenaban la casa de alegría y risas. Nos acompañaba a todos lados, desde los entrenamientos hasta las escapadas de fin de semana. Nuestra vida juntos estaba completa, o al menos eso creíamos.

Una tarde, mientras estábamos en el jardín jugando con Capi, Pedri se acercó con una expresión seria en su rostro.

-Unai, he estado pensando mucho en nosotros, en nuestra familia -dijo, mirándome a los ojos-. ¿Qué piensas sobre tener hijos? Quiero decir, formar una familia más grande, con niños corriendo por aquí.

La pregunta me sorprendió, pero al mismo tiempo, me llenó de una calidez inexplicable. Pedri y yo habíamos hablado de la posibilidad de tener hijos en el futuro, pero nunca de manera tan directa.

-Pedri, creo que sería maravilloso -respondí, sintiendo una emoción profunda en mi pecho-. Siempre he querido tener una familia contigo, y creo que ahora estamos listos para dar ese paso.

La decisión fue tomada con el corazón lleno de amor y esperanza. Empezamos a investigar sobre las diferentes opciones para formar una familia. Después de muchas conversaciones y consultas, decidimos que la adopción era el camino que queríamos seguir. Queríamos ofrecer un hogar lleno de amor y estabilidad a un niño que lo necesitara.

El proceso de adopción fue largo y lleno de desafíos, pero no nos rendimos. Cada reunión, cada visita, nos acercaba más a nuestro sueño de ser padres. Finalmente, después de meses de espera, recibimos la noticia que habíamos estado anhelando: nos habían aprobado para adoptar a dos hermanos, un niño de cinco años llamado Leo y una niña de tres años llamada Marina.

El día que conocimos a Leo y Marina fue uno de los más emocionantes de nuestras vidas. Los dos niños eran tímidos al principio, pero poco a poco empezaron a abrirse a nosotros. Leo tenía una sonrisa traviesa que me recordaba a Pedri, y Marina era una pequeña con una curiosidad insaciable, como yo.

Desde el primer momento, supimos que estos niños iban a cambiar nuestras vidas para siempre. Nuestra casa, que ya estaba llena de amor, se desbordó con las risas y las aventuras de Leo y Marina. Capi también se adaptó rápidamente a sus nuevos amigos, disfrutando de la compañía de los niños tanto como nosotros.

Unai Simon y Pedri - Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora