infinito amor: Recuerdo de un bosque encantado

Capítulo 3: Primera Prueba

Elena dio un paso adelante, sintiendo cómo la atmósfera cambiaba al entrar más profundamente en la cueva. La luz cálida y dorada se transformó en una penumbra, y un aire fresco y húmedo reemplazó el calor acogedor. Sus sentidos estaban en alerta máxima mientras avanzaba por el pasillo estrecho, sus pasos resonando suavemente en las paredes de piedra.

De repente, el pasillo se abrió a una cámara amplia y oscura. Elena se detuvo en el umbral, sus ojos adaptándose lentamente a la penumbra. En el centro de la cámara, iluminado por un tenue resplandor, había un espejo antiguo de pie. El marco estaba adornado con intrincados grabados de árboles y criaturas del bosque, y la superficie del espejo parecía pulsar con una energía propia.

Elena se acercó al espejo con cautela, sintiendo una mezcla de curiosidad y aprensión. Mientras se miraba en él, su reflejo comenzó a cambiar. En lugar de ver su propia imagen, vio escenas de su vida pasada. La primera imagen mostraba a una joven vestida con ropas medievales, luchando en un campo de batalla. Elena sintió un escalofrío al reconocer a la joven como una de sus vidas pasadas.

La escena cambió rápidamente a otra vida, esta vez mostrando a una mujer en una cabaña en el bosque, rodeada de libros y pociones. La mujer parecía estar practicando magia antigua, y su expresión era de profunda concentración. Elena sintió una conexión inmediata con esta mujer, comprendiendo que también formaba parte de su pasado.

El espejo continuó mostrando más vidas, cada una con su propia historia de lucha, amor y tragedia. Elena vio a un hombre navegando por mares traicioneros, una sacerdotisa en un templo antiguo, y una guerrera en una tierra desértica. Cada imagen le daba una nueva perspectiva sobre su propia existencia y las pruebas que había enfrentado a lo largo de los siglos.

Finalmente, el espejo mostró una imagen de Elena en su vida actual. Estaba de pie en el mismo bosque, cerca del altar que había encontrado, con una expresión de determinación en su rostro. Elena se dio cuenta de que todas sus vidas pasadas la habían llevado a este momento, a este lugar.

Una voz suave y familiar resonó en la cámara, rompiendo el silencio.

—Elena, has llegado lejos. Ahora es el momento de enfrentar tu primera prueba.

Elena se giró y vio a Lucas de pie en la entrada de la cámara. Su presencia era reconfortante, y su sonrisa alentadora.

—¿Qué debo hacer? —preguntó Elena, sintiendo una mezcla de anticipación y miedo.

—La primera prueba es una prueba de coraje —dijo Lucas—. Debes enfrentar tus miedos más profundos y demostrar que tienes la valentía para seguir adelante. El espejo te mostrará lo que debes enfrentar.

Elena asintió, volviendo su atención al espejo. La superficie comenzó a cambiar de nuevo, esta vez mostrando una escena oscura y aterradora. Vio una figura encapuchada que se acercaba lentamente, sus ojos brillando con una luz siniestra. Elena sintió un nudo en el estómago, reconociendo a la figura como una manifestación de sus miedos más profundos.

La figura encapuchada levantó una mano, y la cámara se llenó de un viento helado. Elena se armó de valor y dio un paso hacia adelante, enfrentándose a la figura.

—No tengo miedo de ti —dijo Elena con voz firme, aunque su corazón latía con fuerza.

La figura se detuvo, y sus ojos brillaron aún más intensamente. El viento se intensificó, pero Elena no retrocedió. En su mente, recordó todas las vidas que había visto en el espejo, todas las pruebas y desafíos que había superado. Sabía que tenía la fuerza para enfrentar cualquier cosa.

—Eres solo una sombra —continuó Elena—. No puedes controlarme. Mi coraje es más fuerte que cualquier miedo.

La figura encapuchada comenzó a desvanecerse, y el viento helado se calmó. La cámara se llenó de una luz cálida y dorada, y Elena sintió una ola de alivio y triunfo.

Lucas se acercó a ella, su sonrisa llena de orgullo.

—Lo has hecho bien, Elena. Has superado tu primera prueba. El coraje que has demostrado te llevará lejos en tu viaje.

Elena sonrió, sintiendo una nueva confianza y determinación.

—Estoy lista para lo que venga —dijo ella, con el corazón lleno de esperanza y fuerza renovada.