Capitulo 1

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— ¿Qué tenemos aquí Schuman? —preguntó el oficial Ibarra.

—En todos mis años como policía jamás había esto Ibarra—le contestó desconcertada la oficial Moira Schuman.

— ¿Quién crees que se haya atrevido a hacerle esto a esta adolescente?

—Así que tú piensas que fue una persona.

—Claramente esto no fue obre de algún animal. El único animal tan fuerte que conozco que le pudo haber hecho esto es un oso y créeme que el más cercano está a kilómetros.

—Qué me dices del zoológico.

—No nos reportaron que su oso se escapara esta noche.

—Si tienes razón y fue una persona, tiene que estar furioso y totalmente perdido de sus facultades mentales para haber hecho lo que hizo Ibarra.

— ¿Crees que tengamos un psicópata suelto?

—No lo creo, y si fuese así. Dios quiera y no siga asesinando—exclamó Schuman mientras los sujetos que venían de la morgue se llevaban el cuerpo de Lois Callies de lo que antes era su habitación.

—Bueno. Acompáñame con los familiares, tenemos que interrogarlos.

—De acuerdo, pero ten en cuenta que la madre encontró el cadáver de su propia hija así que no vayas a ser tan hiriente.

—No te prometo nada Moira. Pero trataré de no darle más disgustos a la pobre madre.

La pareja de policías salió de la habitación de Lois y se dirigió a la planta baja donde se encontraban ya los padres de la víctima dando su declaración de los hechos ocurridos cuando encontraron a chica castaña cubierta en sangre.

—Señora Callies, tengo unas cuantas preguntas más que hacerle—le señaló el oficial Frederick Ibarra tratando de ser lo más cortés y humanamente posible.

—Imagine que llega de la ópera y al entrar a su casa encuentra a su hija muerta, asesinada, sin un rastro de vida.

—No tengo hijos señora—le respondió suavemente Ibarra.

—Entonces imagine que a su esposa.

—No soy casado señora Callies.

La verdad era que Frederick ya se había casado, pero tuvo problemas con su mujer y terminaron separándose apenas a los dos años de matrimonio, eso había pasado cuando Ibarra apenas tenía veintidós años. Ahora con casi cuarenta la palabra matrimonio no le terminaba de agradar del todo.

— ¡Bueno entonces imagine a su maldita madre!—le gritó Carmela.

— ¡Óigame no le voy a permitir que...!

—Le pido de favor que se tranquilice señora Carmela, solo estamos tratando de ayudarla para que atrapemos al asesino de su hija, no queremos problemas ¿verdad? —interrumpió Moira evitando un pleito entre Frederick y la deprimida señora.

—De acuerdo, pero que sea lo más rápido posible oficial—le respondió Carmela a Moira.

— ¿Notó algo extraño en su hija estos últimos días?

—Para nada—contestó Mortimer el nuevo marido de la señora Callies—es decir, se veía tan normal como una chica de su edad, nada diferente aparte de los constantes caprichos que tenía con su novio.

— ¿Me podría dar el nombre del novio? —Interfirió Ibarra en la conversación— ¿y si no fuera mucha molestia su dirección?

—Su nombre es Kevin Marcq y vive en la calle St. Wyngarde No. 12 oficial.

La Familia KruegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora