Capitulo 3

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Algo de humo salía de la punta de la pistola que sostenía Eli mientras que Suvik se retorcía en el suelo hasta morir por la bala que tenía incrustada en medio de su cerebro.

— ¿Qué te pareció esto tío? —preguntó Eli mientras bajaba el arma que le había quitado la vida a uno de sus amigos.

—Interesante Eli—dijo el hombre con la camisa a rayas color naranja y verde—Pero sencillamente creo que pudo ser mejor.

—Pensé que también la asesinarías a ella tío—le dijo Eli refiriéndose a Clarice que la llevaba cargando su tío.

—Oh pequeño Eli, veo que apenas empiezas tu carrera como asesino psicópata—le dijo irónicamente—al menos alguien tiene que escuchar tu plan final.

Los parpados de Clarice comenzaron a abrirse y lo primero que vio fue a su propio novio con una gran cantidad de sangre saliendo de su frente. La chica se aterró y trató de ponerse pie pero cuando lo hizo y pudo ver juntos a Eli y al tipo que la había atacado en la entrada supo que algo andaba terriblemente mal.

— ¡¿Qué mierda está ocurriendo aquí?!—exclamó llorando.

—Verás Clarice, esto es algo difícil para mí—dijo Eli mientras guardaba la pistola calibre 22 en su bolsillo trasero.

—Pero para mí no. Eli te falta actitud y si no la tienes nunca podrás ser como yo muchacho—dijo con algo de ira el hombre desfigurado.

— ¡Tú lo mataste verdad!—le gritó Clarice dirigiéndose a Eli.

—Perdón pero no es mi culpa que ustedes dos vinieran al lugar incorrecto, en el momento incorrecto—le contestó Eli.

— ¡Eres un maldito! ¡Te odio! ¡Te odio! —le gritó Clarice y lo comenzó a golpear.

—Por favor sobrino vas a dejar que una tonta mujer te trate así.

Eli arrojó con furia a la chica peli rosa y esta se golpeó con la pared del pasillo. El hombre sacó la pistola de su bolsillo y le comenzó a apuntar para que esta se intimidara.

— ¿Quiénes son? ¿Qué le hicieron a Selene? —chilló Clarice.

— ¿Qué acaso no me conoces? —le preguntó el sujeto con el guante de cuchillas.

—No, no tengo ni la menor idea de quién es usted y que busca aquí.

—Soy Freddy Krueger estúpida—le dijo furioso arañando la pared que estaba a un lado de la cara de Clarice con su feo y grande guante.

—Sigo sin saber quién rayos es usted.

—No lo puedo comprender Eli, cómo es qué me han olvidado. En mis tiempos era el rey de los asesinatos en esta porquería de ciudad sabes. Ningún niño quería dormir por temor a que me encontrara de una de sus pesadillas. Todos me temían y hoy, tengo que asesinar brutalmente y salirme de los estúpidos sueños con la ayuda de un sobrino que ni siquiera sabía que existía.

Cuando Freddy seguía discutiendo las sirenas de una patrulla llamaron su atención.

—Perfecto, más idiotas que matar—dijo Eli.

—Silencio Eli, creo que las personas que vienen en la patrulla me podrían interesar.

Maggie iba sentada en la parte trasera de la patrulla mientras le contaba todo lo que sabía del tal Freddy a los oficiales Ibarra y Schuman. Moira seguía sin creer en la existencia del demonio, todo lo que había oído acerca de él lo consideraba como inventos de gente que no tenía nada que hacer más que imaginar historias ficticias sin sentido alguno.

La Familia KruegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora