El sol apenas asomaba por el horizonte, iluminando suavemente los muros de piedra de la casa. En una de las habitaciones más altas, la princesa Visenya comenzaba su día. La luz dorada se filtraba a través de las ventanas, bañando la habitación en un cálido resplandor.
Visenya se levantó lentamente de su cama, estirando sus brazos por encima de su cabeza y soltando un suspiro de satisfacción. Una suave brisa entraba por la ventana abierta, llenando la habitación con el fresco aroma de las flores del jardín.
La doncella siendo un poco más grande que la princesa con 16 años más cercana a la princesa siendo su amiga de la infancia, Elena entró en la habitación llevando una gran jofaina de agua tibia y fragante. Visenya se despojó de su fina bata de seda y se sumergió en el agua, disfrutando del reconfortante calor que relajaba sus músculos. Elena, con manos cuidadosas y expertas, ayudó a la princesa a lavarse, vertiendo el agua sobre su cabello largo y blanco
Después de su baño, Elena presentó a Visenya un vestido rosado pálido exquisito, hecho de fina seda y encaje, decorado con intrincados bordados de flores y hojas. La princesa lo deslizó sobre su cuerpo con gracia, apreciando la suavidad del tejido contra su piel. Elena ató los lazos en la espalda del vestido, asegurando que cada pliegue y detalle estuvieran perfectos.Bajó las escaleras de mármol hasta llegar a el gran comedor, donde su familia ya se encontraba desayunando.
Su madre Laena, le dirigió una sonrisa cálida, mientras su padre Daemon, la saludó con un asentimiento de cabeza-Buenos días, madre, padre, hermanas -dijo Visenya mientras tomaba asiento y se servía un poco de fruta fresca.
-Buenos días, querida -respondió su madre-. ¿Dormiste bien?
-Sí, gracias. Estoy deseando comenzar el día.
Después del desayuno, Visenya se dirigió a la biblioteca, su refugio personal. Los estantes estaban repletos de libros antiguos y manuscritos se sentía más en paz, cada uno contando una parte de la vasta historia de su familia. Hoy, decidió leer sobre otra vez Aegon el Conquistador y sus hermanas. El relato de sus conquistas y batallas siempre la había fascinado, y encontraba en esas páginas una inspiración inagotable.
Justo cuando estaba inmersa en la narración de la última gran batalla de Aegon, la puerta de la biblioteca se abrió de golpe. Rhaena, su hermana menor, entró con una expresión de molestia.-¿Otra vez leyendo sobre Aegon y sus hermanas? -dijo Rhaena, cruzando los brazos.
Visenya cerró el libro lentamente y miró a su hermana con una mezcla de cariño y preocupación.
-Sí, es una de mis favoritas-
Rhaena se dejó caer en una silla frente a ella.
-No sé cómo puedes leer eso una y otra vez. Hay cosas más importantes de las que preocuparse -dijo, su tono cargado de molestia.
-Qué te trae aquí, Rhaena?-pregunto Visenya
-Es padre. Otra vez no me ha prestado atención. Solo porque no tengo un dragón como tú o Baela.
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You are my life // Aegon Targaryen
RandomDonde la hija rebelde y perfecta de Daemon se enamora de el hijo de una de sus peores enemigas O Donde el hijo de Alicent se enamora de la hija de su tío