Después de tres años desde su primer viaje juntos, el destino los llama de nuevo, pero esta vez, la aventura trae consigo la adición de dos diminutas estrellas a la constelación familiar. Los Derbez, con su mezcla única de risas contagiosas y la cal...
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Cada uno se retiró a su habitación para cambiarse de ropa, empacar lo necesario y matar el tiempo mientras esperaban para salir a cenar. Vadhir, por su parte, decidió encargar comida a domicilio ya que sus hijos y su esposa estaban hambrientos y no podrían esperar hasta la hora de la reserva en el restaurante.
Camila: Amor -- Vadhir revisaba su telefono para saber cuanto tardaría el delivery en llegar -- ¿sabes a donde vamos a ir?
Vadhir: Según lo que sé, tenemos que llevar traje de baño y ropa de cambio -- alzo la mirada del telefono -- supongo que a la playa es lo más seguro
Camila: Mmm -- pensó un momento mientras guardaba los biberones con leche en su bolso -- no creo que sea buena idea llevarle traje de baño a los niños -- metió un par de pequeñas sudaderas
Vadhir: Es cierto es muy probable que para cuando lleguemos ya sera muy tarde para que los ratones naden
Camila: Ademas se pueden resfriar y no quiero a dos bebes enfermos el resto del viaje
Vadhir: Eso lo heredaron de ti, tus hijos son dramáticos
Camila: Si como no -- susurro algo risueña
Vadhir: ¿Dijiste algo? -- Camila negó con la cabeza, aunque ella sabia que Vadhir no la había visto puesto que le había llegado una notificación al telefono -- ya llego el pedido, despierta a los ratones para que puedan comer -- dejo un beso en sus labios y salió rápidamente
Camila despertó a sus bebes para después organizar un repuesto de ropa para su esposo, que incluía un traje de baño y varias toallas, todo cuidadosamente empaquetado en una pequeña mochila. Mientras tanto, Vadhir llegó con la comida a domicilio, ideal para una merienda rápida antes de su salida. A las seis de la tarde, toda la familia estaba lista para salir de casa y subirse a la minivan. En la parte trasera se acomodaron Aitana y Alessandra, mientras que en la segunda fila se sentaron José Eduardo, Vadhir con Matheo en sus piernas, y Eugenio. La primera fila quedó para Aislinn, Camila y León, quien se sentaba en el regazo de su madre, dejando al conductor solo al volante. Después de unos cinco minutos de viaje, comenzaron a conversar animadamente sobre la buena música y sus épocas favoritas. Sin embargo, en medio de la charla, empezaron a notar lo rápido que avanzaba el auto, lo que generó algunas miradas curiosas y comentarios entre ellos.
Eugenio: Nos pusieron un motociclista para que nos fuera abriendo paso, no lo necesitábamos, nosotros no lo pedimos pero pues el gobierno de Jamaica nos lo puso y pus okey
