Narra Helena:
Después de cenar, Armando se fue sin decirme a dónde. Recogí los platos, los llevé a la cocina y los lavé. Mientras me secaba las manos, me quedé pensando en todo lo que estaba pasando. Me fui a sentar al sillón, con las piernas pegadas al pecho. Saqué mi teléfono y vi fotos viejas en mi galería: eran de Armando y yo. Intenté contener las lágrimas, pero no pude. Era muy tarde y ya estaban rodando por mis mejillas.
Creo que estoy empezando a sentir los sentimientos que tenía guardados por Armando. En el pasado fuimos pareja; lo amaba tanto, pero tuve que terminar con él porque me tenían amenazada. No quería hacerlo, pero me obligaron. Recordé cómo todo terminó mal.
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FlashbackUna joven Helena vivía sola en su departamento. En su habitación había una maleta abierta y ella metía ropa en ella. Su celular vibró con una llamada de Armando. Helena se puso mechones de cabello detrás de las orejas, intentó contener sus lágrimas y contestó.
-¿Bueno, Armando? -dijo Helena.
-¡Helena, linda! ¿Estás libre? Te quiero invitar a un lugar -dijo Armando con entusiasmo. Helena soltó lágrimas, podía sentir su alegría.
-No tengo tanta hambre. Veámonos en donde siempre, tenemos que hablar -dijo Helena con voz temblorosa.
-Está bien, te veo en una hora -respondió Armando antes de colgar.
Helena se puso en cuclillas y apoyó su frente en sus rodillas, sosteniendo el teléfono en una mano y jalando su propio cabello con la otra. Lloraba de dolor. Se levantó y secó sus lágrimas con la manga de su blusa. Terminó de empacar y cerró la maleta. Caminó hacia la entrada de su casa, se puso los zapatos y tomó la maleta.
Llegó al lugar y vio a Armando esperándola. Se acercó con la maleta en mano y se puso frente a él. Armando le sonrió.
-¿De qué querías hablar, Helena? -preguntó Armando, tomando su mano.
Helena miraba al suelo, tomó aire y habló.
-Terminemos -dijo, conteniendo las lágrimas.
La sonrisa de Armando se desvaneció y la miró confundido.
-¿De qué hablas, Helena? -preguntó con la voz quebrada.
-Ya no te amo. Te dejé de amar hace mucho. Solo estaba contigo porque eras feliz -respondió Helena, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Desvió la mirada para no ver a Armando llorando.
-No, no, no. Estás mintiendo. Dime que es mentira -dijo Armando, tomándola por los brazos y llorando. -Dime que es mentira.
Helena mordió su labio y sacudió su brazo para liberarse del agarre de Armando.
-No lo es -dijo Helena con firmeza. -Espero que seas feliz, Armando.
Helena agarró la maleta y se fue. Armando intentó seguirla, pero ella lo empujó levemente mientras se repetía mentalmente: "No lo hagas más difícil, Armando". Le dolía terminar con él, realmente lo amaba, pero era por su bien.
Helena caminó hasta estar lejos de Armando. Tomó su teléfono y llamó a un número. El tono sonó tres veces antes de que contestaran.
-¿Estás feliz ahora? -dijo Helena llorando. -Terminé con él. ¿Por qué haces esto?
-¿Por qué lo hago? Porque no te quiero ver feliz, Helena -respondió una voz detrás del teléfono antes de colgar.
Con lágrimas en los ojos, Helena pidió un taxi al aeropuerto. Volvía a China, a su casa, a buscar consuelo con su madre.
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Love by contract (Armando Aretas Y Tú)
Teen FictionTalvez el amor no es como muchos piensan, puede ser dulce como la miel o agrio como el zumo de un limón, claro, está también el amor agridulce que puede ser tan empalagoso como el algodón de azúcar o tan amargo como el alcohol. En el amor se sufre...