Capítulo 4: Alcohol y besos

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Narración de Armando

Después de la confrontación con Helena, me sentí abrumado por una mezcla de emociones. Las palabras que ella había dicho resonaban en mi cabeza, y no podía evitar sentirme culpable. Sabía que había sido distante y frío, pero también sabía que había razones para ello. Sin embargo, ver su dolor y desesperación me hizo cuestionar mis propias acciones y decisiones.

Esa noche, no pude conciliar el sueño. Me levanté y fui a la sala de estar, donde me senté en el sillón con la cabeza entre las manos. Pensé en la mujer con la que me había estado reuniendo, Valeria. Era una vieja amiga, alguien con quien podía hablar sin sentirme juzgado. Pero también sabía que mi cercanía con ella estaba afectando a Helena más de lo que había previsto. Puede que la odie, pero aún había sentimientos encontrados.

Al amanecer, me encontré tomando una decisión difícil. No podía seguir hiriendo a Helena, ni a mí mismo. Necesitaba claridad y, sobre todo, necesitaba ser honesto conmigo mismo y con ella.

La mañana siguiente, después de ducharme y vestirme, fui al jardín donde encontré a Helena cuidando de las flores. Su expresión era triste y cansada, pero también había una determinación en sus ojos que no podía ignorar.

-Helena -comencé, mi voz suave pero firme-, necesitamos hablar.

Ella levantó la vista, sus ojos mostrando una mezcla de sorpresa y cautela. -¿Sobre qué, Armando?

-Sobre nosotros -respondí, sintiéndome un poco nervioso-. Sobre lo que realmente queremos y necesitamos hacer para seguir adelante.

Helena asintió lentamente, y juntos nos dirigimos a la sala de estar. Nos sentamos frente a frente, y por primera vez en mucho tiempo, me sentí dispuesto a abrirme completamente.

-Sé que he estado distante -comencé, eligiendo cuidadosamente mis palabras-. Y sé que eso te ha lastimado. No era mi intención, pero también estoy lidiando con muchas cosas.

Helena me miró, su expresión suave pero decidida. -Lo sé, Armando. Y yo también he estado luchando. Quiero que sepas que no busco culpables, solo quiero entender qué está pasando entre nosotros.

Tomé un respiro profundo antes de continuar. -Valeria es una amiga, alguien con quien puedo hablar sin sentirme presionado. Pero ahora veo que mi cercanía con ella te ha causado dolor, y eso no es justo para ti.

Helena asintió, sus ojos brillando con lágrimas contenidas. -Armando, solo quiero saber si hay alguna esperanza para nosotros. Si realmente podemos encontrar una manera de hacer que esto funcione. Antes sí funcionó, ¿por qué ahora no?

Sus palabras me golpearon con fuerza, y por un momento, me quedé en silencio, buscando las palabras correctas. -No puedo prometerte nada, Helena. Puede que no funcione como antes, sigo herido por lo que hiciste.

Ella me miró con una mezcla de esperanza y escepticismo. -Eso es todo lo que pido, Armando. Que intentemos, juntos. Sé que no será igual.

Un día, mientras paseábamos por el jardín, Helena se detuvo y me miró fijamente.

-Armando, quiero que sepas que estoy aquí para ti. Quiero ser esa persona con la que puedas hablar sin sentirte juzgado. Podemos intentar ser amigos primero, y luego ver qué más puede surgir de eso... Tal vez incluso continuar lo de hace unos años.

Sus palabras me conmovieron profundamente, y supe que debía hacer mi parte para que esto funcionara. -Gracias, Helena. Quiero lo mismo.

A medida que pasábamos el tiempo en el jardín, nuestras conversaciones se volvieron más naturales y sinceras. Comenzamos a compartir recuerdos del pasado y a construir nuevas experiencias juntos. Aunque todavía había mucho camino por recorrer, sentí que estábamos dando pasos importantes hacia la reconciliación.

Love by contract (Armando Aretas Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora