05 | his story

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La rubia Mikaelson se encontraba en casa de los Lockwood, en la habitación de Tyler junto a él, cotilleando los deberes el primogénito

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La rubia Mikaelson se encontraba en casa de los Lockwood, en la habitación de Tyler junto a él, cotilleando los deberes el primogénito. Eyra soltó una carcajada que hizo que Tyler la mirara mal.

— Por el amor de Dios, Tyler. ¿Cómo puedes ser tan malo en historia? —se burló.

— Soy deportista, no me preocupo por cuando y donde se inició el Renacimiento. —se defendió.

— Es cultura básica, bobo. ¿Cómo vas a poner que la Revolución francesa pasó en 1888? ¿O que ocurrió a causa de que los franceses eran unos quejicas? —dijo leyendo lo que había puesto en la libreta.

Eyra dejó los deberes de historia de Tyler y agarró otra libreta al azar.

— No se me da bien esa asignatura, ¿vale?

— Y por lo visto matemáticas tampoco. —el lobo rodó los ojos.— Por dios, Tyler, este problema solo requería una regla de tres. ¡Una simple regla de tres!

La rubia dejó las libretas en la mochila de Tyler y se paseo por la habitación del antes nombrado.

— Hacéis buena pareja. —murmuró tras coger una fotografía donde salía el Lockwood y Caroline.

— ¿No sabes quedarte quieta? —bufó exasperado.

— Es que me aburro. —se quejó.— Eres un verdadero muermo cuando te lo propones.

— Mi trabajo no es entretenerte.

— Ni el mío alegrarte la vida, y lo estoy haciendo.

El lobo bufo mientras la rubia sonreía.

. . .

Eyra leía un libro sentada en el patio del instituto, mirando de vez en cuando a su hermana entrenar con las animadoras.

— Puedo oler tu perfume a más de un kilómetro de distancia, Elena. —habló la rubia sin despegar la mirada de su libro.

— ¿A ti no te va lo de ser animadora?

— No me va lo de abrirme de piernas delante de mucha gente, eso lo dejo para personas específicas. —bromeó a pesar de tener una mueca seria.— Deduzco que no estás aquí para preguntarme eso. Sobre todo teniendo en cuenta quien soy, y quien eres tu.

— Necesito hablar contigo. —confesó la doppelganger.

— ¿Sobre qué? ¿Stefan? Porque si es sobre él, puedes estar tranquila. Mi hermana no se lo ha tirado. —lo pensó.— Aun. Bex dice que pasa de él hasta que la trate mejor. En mi opinión, deberías hacer lo mismo.

— Prefiero que hablemos de esto. —la castaña sacó una fotografía de su mochila.

La rubia la tomó con la respiración en la garganta. Era una foto de su nombre escrito en vikingo, lo cual había sido tallado en una cueva por Klaus hacia ya décadas.

EYRA | JEREMY GILBERTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora