5- Encuentros agridulces

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Estaba ahi sentada con Atilio sentados en una mesa junto al puesto de empanadas cuando de repente sentí esta sensación extraña en ese mercado algo que no podía explicarle a nadie. Este sentimiento me hizo sentir incómoda 

-Mis hijos (algo me decía que fuera con mis hijos  lo mas  rapido possible )

-que pasa? Ines que tienes?

-Mis Hijos algo le pasa a mis hijos 

Rápidamente me levanté de donde estábamos sentados Atilio y yo para buscar a Lia y Juanito

Fue entonces cuando los noté venir desde lejos y los dos corrimos hacia ellos 

- hijos porque se embromaron tanto? ya estaba preocupada

-ay Ines no es para tanto acaban de llegar

-perdoname mama es que chocamos con una niña y le dimos unos dulces hasta que llego su papa

-lo bueno es que están aquí y ya agarraron sus dulces (dándoles un beso a los dos en la frente )

-nos vamos?

-si vamonos

Regresamos al hotel pero antes de que pudiéramos llegar noté que un hombre nos miraba desde la distancia

-Atilio ese hombre quien es?

Atilio: Ines ven quiero presentarte a alguien, Cumache ella es MI esposa Ines Montenegro

Cumache: Mucho gusto Señora Montenegro (besándome la mano)

-lo mismo digo Senor Cumache 

Atilio: yo y el vamos a empezar un nuevo negocios aquí en la ciudad

- a que bien y de donde se conocieron?

Cumache: nos conocimos en el trabajo bueno en Veracruz pero trabajando 

-de ahi eres originalmente?

Cumache: no yo soy nacido en monterrey 

Cumache me dio vibraciones extrañas, era calvo y no estoy en contra de los hombres calvos, pero parecía que estaba listo para emprender una misión de matar y ¿por qué llevaba solo un arete?

-bueno pues ya que los presente porque no te vas a descansar y te llevas a los niños 

-Esta bien Atilio asi lo hare, Una vez mas mucho gusto cumache

-el gusto es mío  Señora Montenegro

Llevé a los niños a la suite y me alegré de que tuvieran literas para ellos. Los niños se durmieron de inmediato, estaban muy cansados ​​​​del viaje y eso me dio tiempo para ir y tomar un buen baño para relajarme

Cerré los ojos y lloré, lloré como nunca antes. Pensé que había superado la muerte de Victoriano, pero no fue así. Estar aquí una vez más me trajo muchos recuerdos y Cumache diciendo que era de Monterrey me tocó el corazón pero en la parte mas dolorosa que tenia ese espacio donde solo era dedicado a el 

Victoriano (Días Después)

Estaba en la habitación del hotel bebiendo tequila en la cocina. Cada vez que pensaba en esos ojos tomaba un trago

Esos ojos, esos ojos ¿dónde había visto esos ojos antes?

-Estas bien?

Diana María entró a la cocina con vasos vacíos en la mano

-si ya te dije que si Diana Maria

-es que no has dicho nada? te quedas ahi pensativo y mudo y solo tomas dejando vasos por todas partes

La Mujer de la Maldición (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora