Al día siguiente, ya en clases, Aizawa nos dice que habrá un examen y yo ni enterada. ¿No lo dijo en clases o sí? Bueno, en fin, que sea lo que Dios quiera, digo en el fondo mientras le pregunto a Deku si había estudiado.
—Deku, dime que no has estudiado, para sentirme menos culpable —digo en voz baja para que no nos escuchen.
—Sí estudié, ¿no es obvio? El sensei nos dijo que hoy tocaba examen. ¿En dónde tienes la cabeza?
Pues en el profesor, pienso para mis adentros.
—Denki, amigo mío, ¿podemos pasarnos las respuestas?
—Claro, no estudié, porque el que estudia es porque duda de sus conocimientos —dice, cuando claramente tampoco había estudiado.
—Sero, ¿podemos pasarnos las respuestas? —digo en voz baja para que no escuchen los demás.
—Claro, di una repasada antes de llegar a la academia —dice rascándose la cabeza.
Bueno, ahora éramos Denki, Sero y yo contra el examen del sensei. Empieza el examen y empiezo a rezar para que sea fácil y acordarme de lo que había visto durante clases. Señor, soy yo de nuevo, digo para mí, mientras veía el examen, y empiezo a resolverlo con la ayuda secreta de los que andaban más perdidos que yo.
Luego de entregar los exámenes, el profesor nos dijo que fuéramos a entrenar nuestras habilidades, mientras él se quedaba revisando los exámenes para no tener que revisarlos más tarde. Junto con los chicos, ideamos un plan para ver los resultados. Luego de que el sensei saliera del aula a tomar su café como de costumbre, Denki y Sero se iban a meter a ver el registro del profesor y ver si aprobamos o no. Si desaprobamos, nos iba a dar un entrenamiento lleno de dolor y llantos.
Después de un rato vigilando, Aizawa salió directamente hacia su café, y empezamos nuestro plan.
—¿Tanto se demoran? —digo apurándolos.
—Espera, Sero no encuentra nuestras notas —susurra Denki.
—¡Cómo que no las encuentras! ¡Nos vamos a meter en un lío! —susurro desesperada.
—¡Lo siento, lo siento! ¡Hay muchas carpetas! —responde Sero mientras sigue buscando frenéticamente.
—Señorita Akira —escucho detrás de mí. Me congelo.
—¿¡QUIERE QUE LE BAILE!? —digo sin pensar y empiezo a moverme de manera ridícula para distraerlo.
Aizawa levanta una ceja, claramente desconcertado.
—Sensei, me puede acompañar, Deku me mandó a llamarlo, quería que lo oriente en su nuevo movimiento —digo, intentando mantener la calma.
—Claro, voy a dejar mi café en el aula.
Trágame tierra, grito en mis adentros.
—No, es urgente. Puedo beber un poco de su café —digo mientras doy un sorbo.
¡QUÉ AMARGO ESTÁ! LO QUIERO ESCUPIR.
—Por favor, sensei —digo agarrando suavemente sus manos, intentando mantener la compostura mientras trago el amargo café.
—Está bien, pero luego te harás responsable por mi café.
Nos alejamos del aula y veo de reojo que Sero y Denki están saliendo mientras se matan de la risa. Una vez fuera del alcance de Aizawa, me giro hacia él.
—Sensei, ¿puede mostrarle a Deku cómo hacer el movimiento? —digo, intentando mantener la fachada.
—Sí, claro. Pero después vas a tener que explicarme por qué de repente te dio por bailar como si estuvieras en un concurso de talentos —dice Aizawa, sin dejar de mirarme con sospecha.
Más tarde, Deku me regaña por hacerlo mentir, pero gracias a Dios siempre me sigue la corriente y no nos descubrieron. Al final, aprobamos, ¡gracias a Dios!
—Menos mal que nos salió bien el plan —dice Denki, todavía riéndose.
—Sí, pero la próxima vez, ¡Sero, aprende a buscar más rápido! —respondo, dándole un golpe ligero en el hombro.
—Lo siento, pero es que había demasiadas carpetas. La próxima vez, lo haré mejor —dice Sero, rascándose la cabeza con una sonrisa nerviosa.
Nos reímos de la situación, sabiendo que habíamos esquivado una bala esta vez. Al final del día, nos prometemos ser más responsables y estudiar más para no tener que pasar por esto otra vez. Aunque, siendo sinceros, algo me dice que no será la última vez que nos metemos en un lío.
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Quédate a mi lado
FanficAkira siempre supo que ser una heroína sería difícil, pero las verdaderas pruebas son las internas. Tras un evento agotador, su relación con su sensei Aizawa y la dinámica con sus compañeros la empujan a sus límites emocionales. En un mundo que exig...