Casa sola

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La semana de clases transcurrió de manera tranquila. Akira sentía un poco de cansancio por los entrenamientos, pero nada fuera de lo normal. El fin de semana llegó y Akira se encontraba aburrida. Sus padres habían salido de viaje de negocios y no volverían hasta el lunes. Era de noche y se preguntaba qué estaría haciendo el amor de su vida, así que decidió llamarlo.
-Amor, ¿estás libre? -preguntó Akira, esperando ansiosa.
-Estoy vigilando la ciudad. Creo que está todo tranquilo. ¿Qué pasa, cariño? ¿No puedes dormir? -respondió Aizawa, con un tono de preocupación en su voz.
-No, lo que pasa es que mis padres están de viaje y no sé si podrías venir. Estoy sola -dijo Akira, jugando con sus manos mientras esperaba un sí por respuesta.
-Seguro, cariño. Claro, puedo ir en cuanto termine de vigilar -aseguró Aizawa.
Después de colgar el teléfono, Aizawa se apresuró a terminar su trabajo. Quería ir de inmediato a ver a Akira y pasar tiempo con ella, ya que no podían estar a solas muy a menudo.

 Quería ir de inmediato a ver a Akira y pasar tiempo con ella, ya que no podían estar a solas muy a menudo

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Un par de horas más tarde, Akira escuchó un suave golpe en la puerta. Al abrir, encontró a Aizawa, con una sonrisa cálida y una bolsa de papel en la mano.
-¡Traje algo de comer! Pensé que podríamos cenar juntos -dijo él, entrando a su casa.
Akira sonrió ampliamente y lo abrazó con fuerza.
-Gracias, amor. No sabes cuánto te extrañé -murmuró contra su pecho.
-Yo también te extrañé, cariño. ¿Qué te parece si cenamos y luego vemos una película? -propuso Aizawa, mientras se dirigían a la cocina.
-Me parece perfecto -respondió ella, ayudándolo a sacar la comida de la bolsa.
Cenaron juntos, disfrutando de la comida y la compañía del otro. Después de recoger la mesa, se acomodaron en el sofá y eligieron una película para ver. A medida que la noche avanzaba, se acurrucaron más cerca el uno del otro.
-Gracias por venir, de verdad. Me hace sentir mucho mejor saber que estás aquí conmigo -dijo Akira, mirando a Aizawa con ternura.
-Siempre que me necesites, estaré aquí. Lo sabes, ¿verdad? -respondió él, acariciando su mejilla.
-Lo sé, y eso me hace muy feliz -dijo ella, sonriendo.
A medida que la película avanzaba, Akira comenzó a sentirse más con ganas de estar encima de él y sin más se puso encima de él y empezó a besarlo sin dejarlo respirar . Él la miró con cariño, mientras sujetaba sus nalgas haciéndola gemir, al mismo tiempo Akira empezaba a moverse en el bulto que ya había en el pantalón del mayor, sintiendo su dura erección.
-Cariño, no puedo soportarlos más, déjame hacerte mía, te aseguro que te voy a mostrar el cielo - susurró, en el oído mordiendolo
-Mmh si~ dije sin pensarlo, quería esto desde hace mucho tiempo no lo puedo negar

-Cariño, no puedo soportarlos más, déjame hacerte mía, te aseguro que te voy a mostrar el cielo - susurró, en el oído mordiendolo -Mmh si~ dije sin pensarlo, quería esto desde hace mucho tiempo no lo puedo negar

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Quédate a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora