Cap. 5

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Había pasado una semana desde su partida y todo por aquí, seguía igual. Mi hermana apenas si me hablaba y durante mis recorridas, algunos niños me preguntaban cuando volvería su Señor. Me era difícil tener que explicarles que quizás, no lo haría ya que sus caras tristes, rompían mi corazón. Un cuervo llego de Jace, diciendo que habían llegado a salvo y que me informaría todo lo que la reina decidiera. Respondí su mensaje, y mi mano tembló cuando quise preguntar sobre él, y al final no lo hice.

No me parecía bien dirigirme a él, mucho menos, luego de lo que paso el día que se fue. Jace me había concedido un momento para despedirme y sinceramente no lo aproveche. Solo me quede viendo su rostro y guardando cada nota de su aroma en mi mente. Tenía tantas cosas para decirle, pero no lo hice. Quería besarlo y envolver en mis brazos, pero no lo hice. Evite todo tipo de acercamiento por el miedo que tenia de mí mismo. Si sentía su piel, su respiración o su calor, no podría soltarlo y el, debía irse.

Daeron - Puedo pedirle algo? - asentí - No me escriba, ni intente tener comunicación conmigo. Si un cuervo llega de usted dirigido a mí, sería capaz de dejar todo y venir con Tessarion sin importarme nada. Pero usted se enojaría conmigo y... Sería difícil para mí.

Cregan - Si es lo que desea majestad. - rio amargamente

Daeron - Lo que deseo... - dijo con lágrimas en los ojos - Mi deseo es usted, pero no podemos tener todo, verdad?

Cregan - No. Tenemos que cumplir con nuestro deber.

Daeron - Mi deber era matarlo - lo mire sorprendido - A como de lugar. Esas fueron las ordenes que me dieron. "Asesina al Lord de Winterfell" dijeron y créame que tuve muchas oportunidades de hacerlo, pero decidí no hacerlo.

Cregan- Porque?

Daeron - Porque no quise. Podía hacerlo, era mi deber para con mi casa y rey, pero no quise hacerlo. Tengo mis manos manchadas de sangre, no sería mi primera muerte, pero cuando lo conocí en mi celda usted me prometió seguridad y cumplió. Dejo que cuidara de Tessarion y me dio un lugar en su familia, me dejo caminar libremente y me mostró su lado más vulnerable. Asique dije "al carajo el deber, yo lo quiero a él." - limpio sus lágrimas con amargura y se acercó a mí - Pero nunca pensé que ahora, me obligarías a irme solo porque tu reina lo ordena. Y créeme, solo voy porque tú me lo pides. Aceptare cualquier castigo, solo porque tú dices que es lo correcto. Porque si no... - apretó sus dientes, tensando su mandíbula - Quemaría todo con tal de poder quedarme a tu lado.

Cregar - Daeron...

Daeron - No. Por favor no... - pidió mordiendo sus labios y negando, cerrando los ojos para contener sus lágrimas - No lo digas. Lo sé, tenías razón. El pasillo no era el mejor lugar para hablar con Jacaerys.

Niño - Mi señor? - gire y vi a varios niños parados detrás mío. - No queríamos interrumpir, solo queríamos desearle un buen viaje.

Daeron - Gracias muchachos - se acercó a ellos, inclinándose para quedar a su altura y me aleje de ellos.

Llegué al lado de Jace y Sara y vi como abrazaba a los niños, uno por uno. Algunas mujeres y hombres se acercaron también para despedirse y desearle un buen viaje. Jace se despidió de ambos, dejando un beso en los labios de mi hermana y en su pequeño vientre. Me abrazo con fuerza y se alejó poco a poco. La gente empezó a alejarse de Daeron y lo vi partir en su dragón, sin mirar atrás.

Ahora solo me hundía en mi habitación, retorciéndome por las decisiones que tome. Como no encontraba tranquilidad decidí ir a la que fue su habitación y ahí, encontré su olor nuevamente. Hundí mi nariz en el colchón y los almohadones y al fin, pude encontrar paz. Pero los días continuaron y ya no quedaba rastro de jazmín, y el peso que cargaba, se sentía más pesado en mis hombros.

El guardián del norte / DaeganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora