Capítulo XVII - '' Take me home kitten ''

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CAPÍTULO XVII:

Un pequeño grito hizo que el plato que sostenía cayera al suelo, mierda, este no era el plan, pensé para mí mismo.

- ¿Qué coño haces en mi casa? - gritó Valerie con mucha fuerza.

Me di la vuelta y la miré, lucía hermosa, estaba despeinada y tenía un gran suéter que tapaba un poco más abajo de sus pantys.

- Mierda Valerie - mordí mi labio nervioso.

- Vete de aquí - gruñó, esto no se iba a poner nada bonito.

- Valerie yo sólo quería pedirte que... - me interrumpió.

- ¿Que vuelva a la revista? - rió de forma sarcástica - ya tengo trabajo Harry, y me estás haciendo llegar tarde.

- ¿Cómo ya tienes trabajo? - dije casi inmutado, mientras ella se acercaba para tomar uno de los hot-cakes que había preparado.

- Lo que escuchas - mordió el hot-cake - ahora, te agradecería que dejaras de ser un maldito bipolar de mierda y te largaras de mi casa.

Me quité el delantal y lo coloqué sobre el mesón de la cocina para darme la vuelta y caminar a la puerta.

- Eh, las llaves - dijo Valerie en tono alto.

Saqué las llaves del bolsillo de mi pantalón y se las aventé haciendo que las agarrara con la mano que tenía libre.

Valerie.

Harry tenía mierda en la cabeza, era definitivo, aunque eso no quitaba lo delicioso que estaba el desayuno, al menos me ahorré hacerlo yo.

Para mi primer día de trabajo decidí vestirme con una falda tubo color agua, una camisa beige y unos tacones del mismo color que mi camisa. Al llegar al edificio donde trabajaría a partir de hoy, me recibió Alan el cual se encontraba hablando con la recepcionista y me dirigió hacia mi nueva oficina.

- Es aquí cariño - me sonrió de medio lado.

- Muy amable Alan - le devolví la sonrisa.

Caminé hacia mi silla y pude notar la mirada fija de Alan en mi, me di la vuelta para mirarlo fijamente y el enseguida volteó su cara para que no me diese cuenta.

- Y cuéntame querida Valerie, ¿te gustaría tomar unas copas al salir de aquí? - dijo en voz seductora - para conocer a mi nueva empleada, por supuesto.

- Me encantaría, así despejo un poco mi mente.

- Entonces, a las 6 paso por aquí - rió.

- Oh claro, ¿qué color de auto? - dije siendo algo carismática, para que el guiñara su ojo y yo empezara a reír a carcajadas.

Después de diseñar, investigar y escribir se hizo la hora de volver a casa, estaba saturada de trabajo debido a que tenían tiempo sin una buena diseñadora. Había olvidado por completo la salida a tomar unas copas con Alan, hasta que este apareció en mi puerta diciéndome que ya era hora. Tomé mi bolso para dirigirme con el a un bar que se encontraba cerca, razón por la cual fuimos caminando, Alan estaba siendo extremadamente simpático y amable conmigo, al menos mi jefe era bueno, aunque no creía que todo su buen trato tuviese un doble sentido.

Luego de unas cuantas copas de martini y unos snacks para no emborracharme tanto, se hicieron las 8:30 pm, casi 3 horas había pasado con mi jefe y eso no era tan normal. Alan era muy atractivo, eso debo admitirlo, sus ojos eran color miel y hacían un buen juego con su cabello rubio cenizas el cual estaba perfectamente peinado, excepto por un mechón de cabello que parecía caer a propósito por su frente, demonios, el alcohol estaba haciendo efecto tanto así que me hacía desear a mi jefe, esperen, eso está mal.

Enemigos por siempre ¿o no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora