" 𝓑rujería "

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" Oh, queridas brujas del arroyo... "
" Con sus permisos... "
" Buscamos la ayuda de un hechizo... "

La "niebla" dentro de la tienda empezó a rodearlos dejándolos sin una vista clara, se empezaron a escuchar risas "malvadas" provenientes de Tabitha, una de las brujas.
Courtney simplemente se encontraba a la par del generador de niebla haciéndolo funcionar para que los niños no pierdan su creencia en la brujería, magia, etc.
Tabitha se asomo por las nieblas, mientras seguía con su risa y miraba a ciertos niños con maldad.

-¿Cuales son los dos sacrificios que nos traen...?- sonrió está de forma traviesa. Los chicos la miraron, aún que la única sin miedo era Kelsey y Maya, ya que se hacían ver cómo las más "valientes". Craig levemente levanto uno de sus juguetes más viejos, pero nadie se daría cuenta si actuaba como si fuera uno de sus favoritos, JP también levanto su mano mostrando hojas de tarea mal hechas.

-ah, ¿Se podía traer tareas?- Miro Craig confundido. Tabitha se acercó a estos y agarró los objetos, JP, en respuesta le devolvió la mirada.

-No tenía nada más, supongo que las malas tareas ayudarán en el hechizo.- Sonrió leve. De repente, sobre el mostrador Courtney puso la licuadora, Tabitha colocó los dos objetos, un poco de agua y cosas extra para que se mezclen mejor. La prendió rápidamente, y los elementos tardaron un poco en mezclarse por el hecho de que el juguete era algo duro y difícil de romper, pero una vez esto se logró, se empezó a mezclar todo.

-Jaja, esto se lo vamos a dar al estupido de Jake. Nos debe como un millón de pesos.- Comentó Courtney para su novia, Tabitha. Jake era simplemente un amigo de ellas que no pagaba nada de lo que les debía.

-¿Si verdad? Lo peor es que sigue poniendo excusas...-

-Solo espero que tampoco lo matemos.- Río la de mechones verdes.

Tabitha volteo de nuevo con su sonrisa malvada, se frotaba las manos y miraba a los niños. -Muy bien... ¿Cuál es el hechizo que quieren el día de hoy?- Habló con misterio, Craig bajo su cabeza por un momento. -Buscamos un hechizo de... Amistad.- Volvió su mirada a las brujas.

-...¿Hechizo de amistad?- Confundida, Tabitha, miro a su novia.

-Ah, supongo que es algo como volver a dos personas desconocidas que sean amigas, eso creo.- Explicó Courtney.

-Es un hechizo de volver a dos enemigos, amigos, ¿No tienen algo así?- Hablo Maya algo apenada.

Las dos brujas se miraron mutuamente pensando un rato, de ahí, salió Courtney a hablar.

-Por supuesto que tenemos, y eso les cumpliremos.- Sonrió la de mechones verdes, y se acercó a la par de su novia.

Tabitha le sonrió a su compañía y esta misma se le acercó para susurrarle algo al oído, una pequeña idea se le había ocurrido y no estaba de más intentarla, todo sea por no arruinarles la imaginación a estos queridos chicos.

-Muy bien, necesitamos que se acerquen y vean la magia de nuestros hechizos.- Hablo Courtney, junto a Tabitha se pusieron detrás del mostrador. Tabitha tomo una manzana roja, y su novia una manzana verde. Las dejaron sobre el mostrador y Courtney se apuro a quitar la mezcla reciente de la licuadora hacía un vaso, le dio una lavada rápida y se apuró, no quería parecer sospechosa ya que tenía miedo de que los niños se enteren de que todo es una mentira. -¿Ustedes saben que representan están manzanas?- Hablo Courtney con misterio. JP empezó a levantar la mano entusiasmado, ya que el sabía la respuesta. -¡Yo, yo, yo!- Tabitha lo señaló, concediendo el permiso de hablar. -Oh, oh... La manzana verde es Omar, y la roja es Xavier.- Sonrió -Muy bien niño alto. Ahora, vean esto.- Tabitha agarró la manzana verde, abrió la licuadora de nuevo y la puso adentro. Luego Courtney hizo lo mismo, disimuladamente sacaron un sobrecito pequeño de azúcar, y lo mostraron (claramente del lado opuesto a dónde estaba la marca donde decía "azúcar". Básicamente la parte de atrás era completamente blanca, sin algún dibujo). -Si quieren un hechizo de amistad, es lo que obtendrán, sin ninguna consecuencia lograrán... Eh..- Se quedó pensando un rato Tabitha, de sorpresa Courtney la ayudo -Formar una gran amistad. -Le sonrió está a su novia, y ella al instante le devolvió la sonrisa. Así, abrió el sobre de azúcar y lo hecho en la licuadora. Los niños miraban curiosos y sorprendidos la licuadora, una vez que Tabitha la prendió, se empezaron a mezclar las cosas. Un resplandor se asomó mientras el grupo de cuatro chicos seguían mirando como cada vez más todo se iba juntando volviéndose una sola cosa, sus ojos brillaban, para ellos era simple magia... De repente, la licuadora terminó.

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