1. ¿estás segura?

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—Entonces... ¿Rechazaste a Zenitsu? —Cuestionó Aoi mientras tendía las sábanas en ayuda de Nezuko.

Desde la mañana, esta le ha estado contando la situación que había ocurrido hace un día en su hogar, pero debido a sus labores no había terminado de contarle: sino hasta la hora en la que coincidieron en lavar las sábanas sucias.

Nezuko asintió sin remedio.

—Ya veo. —la chica tomó el sesto donde estaban las sábanas. —pero, ¿Planeas casarte con él?

Nezuko suspiró.

—No lo sé... —miró melancólica. —Sé que estoy en edad buena para casarme, pero me siento tensa con la idea... Además de las secuelas... Debo alejarme un poco de olfatear sangre fresca...

—Entiendo. —dijo Aoi: recordando la situación de su amiga.—bueno, al menos tienes de dónde escoger. —Cambió de tema para no incomodarla, pero la inocencia de esta no asimiló lo que dijo.

—¿a qué se refiere, Aoi san? —preguntó Nezuko confusa.

—No te hagas la desentendida... —la miró despectiva: la ceja curvada en pose de intriga y al mismo tiempo dándose cuenta de que Nezuko realmente no sabía a qué se estaba refiriendo. Suspiró. —Intento decir que: si descartamos a Agatsuma Zenitsu. —la miró con determinación. —¿Quién sería el cazador digno de desposar a Kamado Nezuko?

Al preguntar aquello, la peli largo quedó estupefacta. La pregunta era buena, pero no la creía lo suficiente.

Pensó en Rengoku Senjuro, pero no quería tener partidos allegados a su hermano, ya que sería igual que la situación que Zenitsu.

Entonces, una ráfaga de viento las envolvio: levantando las sábanas sutilmente. De alguna manera, recibir aquella brisa fue de ayuda.

Nezuko divago en sus pensamientos, analizando a cada uno de los cazadores a los que había atendido mientras estaban en la finca.

Entonces, a su mente llegó una respuesta: haciendo puño una mano para golpearla a la palma de la otra.

—Shinazugawa Sanemi. —dijo determinada: sorprendiendo a Aoi.

—¿En serio? —sonrió incrédula. —Pero, te asusta, ¿No?

Nezuko asintió.

—Es verdad, pero a pesar de su actitud repelente, es responsable y amable si lo analizas bien.

Aoi comenzó a reir de aquella respuesta.

—Analizar... ¿bien? —le cuestionó con más asombro. —baya, no diré nada si eso está bien para ti. —decía la chica posando con una mano a la cintura. —Si sabes que es el cazador más agresivo de la cofradía, ¿Cierto?

Nezuko sonrió vacilante.

—Bueno... —se sonrojaba. —Me gusta que sea sorprendente y que intimide sin siquiera hacer algo que de miedo...

Aoi la miró risueña.

—No será que... De verdad te guste el pilar de viento. —bromeó.

Nezuko no respondió de inmediato. Solo estaba sorprendida por la actitud coqueta de la de las coletas.

—Quien calla, otorga. —mencionó Aoi al amusgar los ojos.
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Amusgar: entrecerrar los ojos.
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—¡Para nada! —cerró los ojos con vergüenza.

—¿Acaso ese es un sonrojo? —seguía jugando con las emociones de Nezuko.

—Aoi san. —le llamó: de tal manera que ponía un gesto de dignidad, mientras tomaba de su cesto y caminaba en dirección a la finca. —Sé de sus intenciones con querer hacerme desestabilizar  mis emociones. —Comentaba mientras daba vuelta hacia la finca y la de las coletas la miraba con ambas manos en su cintura. —Pero, si te dije eso es porque...

one shot -kny- sanezuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora