Miyuki pasó el brazo de Nerus por encima de su cuello y le ayudó a subir las escaleras del tercer piso. Yumi, Neigail y Hotaru iban delante, pero no dejaban de mirarles de reojo, preocupadas. Desde allí no escuchaban con claridad la pelea que se estaba produciendo en el exterior, pero sí ocasionales truenos que les dejaban temblando.
El desconocido que había sustituido a Niv estaba muy débil. Había hablado todo el tiempo como si estuviera de broma, pero el exoficinista se daba cuenta de que el monstruo que había aparecido en el exterior le había dejado para el arrastre. Ahora se le oía murmurar cosas en voz baja y subía los peldaños con los ojos cerrados. Miyuki quiso advertirle cuando llegaban al final de las escaleras, pero su aviso llegó tarde: Nerus levantó un pie para subir un escalón imaginario y, al ir a pisarlo, perdió el equilibrio. Acabó soltándose del otro hombre y cayendo de rodillas.
—¡Niv! —exclamaron al mismo tiempo los cuatro residentes.
Nerus abrió los ojos y les dedicó una mirada de irritación. Entonces, con un suspiro, echó los hombros hacia atrás. Su túnica negra se desvaneció, dejando a la vista la ropa que Niv había llevado: unos pantalones vaqueros y una camiseta con la mascota de Hanmachi Salesroad. Su rostro pareció envejecer en cuestión de segundos: sus cejas se hicieron más gruesas y prominentes, los surcos en sus mejillas se ahondaron y le creció la barba desaliñada a un ritmo asombroso. El cabello se volvió más gris y lacio, aunque ese cambio era sutil y nadie lo habría notado de no haber estado mirando directamente.
Niv miró a su alrededor.
—¿Qué ha pasado? —preguntó, incorporándose. La herida que había sufrido antes se reabrió, por lo que se llevó la mano a la ceja partida—. ¿Dónde está Kaori? ¿Y la bestia? ¿Nerus la ha derrotado?
—¡Niv! —Hotaru corrió junto a él—. ¡Explícanos qué demonios está pasando! ¿¡Cómo ha podido llegar un monstruo hasta aquí!?
—Se supone que al Coin Block solo llega gente de fiar. —Niv le puso una mano sobre la cabeza a Hotaru. Aquello pareció calmarla—. Pero hay una excepción.
—Cuando llegan varias personas y solo una de ellas es de confianza, ¿no? —Yumi intervino inesperadamente. Niveus la miró un momento antes de responder.
—Correcto. No sé los criterios exactos, pero el Coin Block deja entrar a grupos de personas siempre y cuando una de ellas sea de fiar. Imagino que la bestia iluminada es lo bastante inteligente para contar como una persona, y venía siguiendo de cerca a Kaori. —Niv miró a Miyuki—. Y ahora, ¿puedes responder a mi pregunta? ¿En qué situación estamos?
—Nerus no pudo con el caballo extraño —dijo Miyuki—. Mandó a Zenobia, Mahiru y Johana a enfrentarse a él en su lugar. Les dio un gato —añadió.
—Oh... —Niv cruzó de brazos—. No me hace gracia que se tengan que enfrentar a esa cosa, en especial Zenobia, pero con el gato podría funcionar.
—Creo que Kaori, o lo que sea que la ha poseído, también iba a plantar cara al monstruo —añadió Neigail, que había cogido a Yumi de la mano—. Como la persiana estaba echada, dijo que saltaría desde el tejado. Me pareció una locura, porque son cinco plantas, pero tenéis poderes extraños.
—Eso equilibrará un poco la balanza. —Niv pareció más tranquilo—. Sí, las cosas no están tan mal como podrían estarlo. Eso no significa que estemos a salvo, claro. Miyuki, ayúdame a subir al tejado. El resto, a vuestras habitaciones.
—¿¡Qué!? —Hotaru dio una patada al suelo—. ¡Yo no pienso separarme de ti! ¡Hay una princesa loca que quiere matarte y un caballo terrorífico que parece una invocación de Omega Saga!
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The Coin Block
Fantasy¿Buscas el Coin Block? Sí, he oído los rumores, pero pierdes el tiempo. Conozco como la palma de mi mano estos callejones, desde el Restaurante Kuriya hasta la Tumba de Aries. ¡Y nunca he visto ningún sitio que se parezca al de las habladurías! Adem...