Epílogo

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Cruz deseó como nunca a Tomás Arbillaga.

Lo protegió desde el primer segundo, y no pudo salvarlo al estar cegado por su amor.

Porque Tomás Arbillaga sufría, al igual que Juan Cruz.

Y aunque el pelinegro se culpó en tan pocos segundos de ver el inerte cuerpo en el piso, pensó que ahora podía hacer las cosas bien.

Sonrió débilmente hacía el rubio cuando esté noto su presencia. Se veía opaco, igual que Juan.

—Hola... —saludó, temiendo lo peor.

—H-hola... —tartamudeó Tomás. Ese débil salido, había acelerado su corazón.

Por fin había notado su presencia.

Las voces de ambos tocaron sus corazones. El sentimiento era hermoso, sin duda algo que desearían recordar para toda la vida.

El lugar no era el adecuado, pero si estaban ambos, todo parecía ser color rosa incluso si el mundo se veía opaco para ambos.

Pero su amor jamás podría llegar a ser.

Juan por fin podría descansar en paz al saber que Tomás sabía que estaba ahí, que siempre estuvo ahí.

Pues Tomás Arbillaga tampoco pudo salvar a Juan Cruz en su momento.

Pero ahora estaba bien; estaban bien.

Y aunque quisieran volver a estar juntos. Eso no volvería a suceder.

Pues Juan dejaría de ser un fantasma, para por fin dejar este mundo. Y a Tomás le tocará luchar como lo hizo el pelinegro en su tiempo.

Al parecer, ellos jamás estuvieron destinados a estar juntos. Y cómo castigo, el destino los separó de todas las formas posibles.

GHOSTED  ☆  juan + rob .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora