꧁•⊹٭𝙼𝚒𝚎𝚍𝚘٭⊹•꧂

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Jack Frost se revolvió en su cama, incapaz de encontrar la paz. Miraba al techo, contando las estrellas que imaginaba en su mente. Desde que había tenido esa conversación con Pitch Black, algo había cambiado en su interior. Era un sentimiento confuso, una mezcla de inquietud y curiosidad que no podía ignorar. 

 El frío de la noche no ayudaba; lo sentía atravesando su piel, pero lo que realmente lo mantenía despierto era la revolución de pensamientos sobre Pitch. Recordaba sus ojos oscuros y la forma en que su voz, normalmente amenazante, había logrado tener un tono mucho más suave cuando compartieron sus historias. Algo en Pitch lo atraía, y no se trataba solo de la oscuridad que normalmente representaba. Hay algo más profundo, pensaba Jack. 

 Se levantó de la cama y, sin querer, decidió salir. Tal vez el aire fresco de la noche le ayudaría a aclarar sus pensamientos. Al salir al exterior, la fría brisa nocturna lo envolvió, y los copos de nieve comenzaron a caer lentamente, iluminados por la luz de la luna. Jack sonrió al ver cómo el mundo se transformaba en un paisaje brillante y mágico. 

 Mientras caminaba, no podía dejar de pensar en cómo Pitch había revelado su lado más vulnerable, su sensación de soledad. Jack había pasado tanto tiempo siendo el espíritu del invierno, jugando y creando travesuras, que se había olvidado de la clama que a veces provenía de simplemente ser sincero con alguien.

 Después de un tiempo, decidió que necesitaba entender mejor sus sentimientos. Quizás era hora de hablar con Pitch nuevamente, de explorar esta relación que parecía estar floreciendo entre ellos. Con una sensación de determinación, regresó a su habitación, listo para enfrentar la inevitable conversación que se avecinaba. Sin embargo, en su interior, sabía que las cosas no serían simples, y que su vínculo con Pitch podría cambiarlo todo.

En la penumbra de su habitación, Jack se sumió en un sueño profundo, donde las sombras danzaban y los sueños lo llevaban a paisajes de nieve interminables. Sin embargo, una suave brisa le acarició el rostro, y en medio de su sueño, sintió un toque delicado en su hombro que lo hizo regresar a la realidad.

 Abrió los ojos lentamente y allí, justo en el borde de su cama, estaba Pitch Black. La figura vaga y oscura del espíritu de la noche se iluminaba tenuemente por la luz de la luna que entraba por la ventana. En lugar de la típica aura de amenaza que a menudo asociaba con Pitch, había una calidez inusual en su presencia.

 —Jack, es hora de despertar —susurró Pitch, su voz suave y melodiosa. A pesar de su naturaleza sombría, había algo reconfortante en él, como si estuviera invitándolo a salir de la oscuridad hacia algo más luminoso. 

 —¿Qué hora es? —preguntó Jack, frotándose los ojos y tratando de despejar la nebulosa de sueño que aún lo envolvía. 

 —Es temprano —respondió Pitch, con una sonrisa que iluminó su rostro—. He preparado algo para que comas. Sabía que no lo harías por ti mismo. 

 Jack se sentó en la cama, aún sintiéndose un poco aturdido, pero intrigado al mismo tiempo. No solo porque Pitch estuviera en su habitación de una manera tan íntima, sino porque la idea de que se había tomado el tiempo para prepararle algo era sorprendente. ¿Qué había estado pasando entre ellos?

 Pitch lo guió hacia la cocina, donde una pequeña mesa estaba colocada con un desayuno simple pero delicioso: tostadas doradas, frutas frescas y un tazón de yogur. El aroma de los alimentos llenó la habitación, haciéndolo olvidar rápidamente su somnolencia. 

 —No tenía idea de que pudieras cocinar —dijo Jack, sonriendo mientras se sentaba en la mesa.—No solo traigo sombras y pesadumbre —replicó Pitch, sentándose frente a él—. También puedo sorprenderte de vez en cuando. 

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2024 ⏰

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