cap 5

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Lucasta y Natalan habían creído que sería fácil convivir con aquel "detalle", siempre y cuando evitaran lastimarse para no perjudicar al otro.

Oh, cuanto equivocados estaban.

La paciencia de Natalan cada vez escaseaba más con cada herida nueva que aparecía de la nada en su pálida piel.

-¡¿No puedes quedarte quieto por un maldito día?!

A Natalan solo le quedaba contener su ira para no golpearlo, ya que las consecuencias también se verían reflejadas en él.

-Lo siento, lo siento. Trataré de tener cuidado. -lucasta siempre respondía de la misma forma, con la misma maldita sonrisa nerviosa con cierto toque de sorna en ella. Pero nunca lo cumplía.

Así que Natalan tuvo que volver a su anterior táctica: darle una cucharada de su propio chocolate.

Bueno en realidad no estuvo del todo planeado. Inició una pelea "sin querer".

Durante el recreo se había separado un momento de lucasta para ir a comprar dulces, pero al ir de regreso con su preciado chocolate en las manos, mirándolo con absoluta adoración, un chico corpulento pasó a su lado chocando su hombro con tal brusquedad que el dulce cayó al piso. Natalan se quedó en trance durante breves segundos para luego, voltearse y correr hacia el culpable de tal tragedia.

-¡TÚ! -gritó lleno de enojo.

Se inició una pelea que fue detenida por lucasta después de unos minutos, ya que éste había notado las marcas formándose en sus brazos y algunas en el rostro.

-! Natalan, ya! -Apresó la cintura del azabache con sus brazos, pero él ni siquiera separó en la vergonzosa posición en que estaban ahora, sino que seguía concentrado en la paliza que quería darle al muchacho, quien aprovechó la oportunidad para irse.

Después de tanto forcejeo, Natalan dejó de intentar soltarse para seguir al chico. Lucasta suspiro de alivio y lo soltó.

-natalan, no está bien iniciar peleas... -intentó darle una valiosa lección de vida como estailus lo haría, pero un puñetazo en su cara lo interrumpió violentamente.

-¡Tú cállate! - El propio Natalan fue quien lo había golpeando, ya importandole poco si el golpe también se veía reflejado en él. Luego se marchó, aún con colera desbordando, seguramente por otro dulce.

-Y luego te estás quejando... -susurró ofendido, agarrándose la mejilla adolorida.

Esas no fueron las únicas veces y a pesar de su acuerdo, seguían haciéndose heridas mutuas para luego quejarse con el otro de ellas.

Algo bueno se obtuvo, Natalan ahora era diestro en el bello arte del maquillaje. Bueno, únicamente en la aplicación de base para la cara ya que a diario debía ocultar moretones de su familia y se vio obligado a usar la mitad del dinero que invertía en dulces, ahora en maquillaje.

Una cosa más, ahora era una especie de enfermero personal de lucasta...

Finalmente aceptó que la idiotez y la impulsividad eran una parte de lucasta que jamás iba a cambiar con nada así que solo le quedó resignarse y tratar de expandir su paciencia para hacer cabida a las tonterías de lucasta.

Cuando un nuevo raspón aparecía en alguna parte de su piel, se salía de clases argumentando cualquier excusa, pero no para curarse él mismo, sino para curar al idiota de su amigo. Ni siquiera él sabe en que momento adoptó esa costumbre como parte de su cotidianidad.

-¡Duele! -lucasta alejaba su rostro del algodón empapado de alcohol que Natalan sostenía en su mano.

-¡Quedate quieto! -lo regañó el azabache por quinta vez.

Lucasta había sucumbido nuevamente a su impulso de idiotez y había intentado hacer una acrobacia en clase de educación física, pero se le resbaló el pie y había acabado con la cara golpeando el suelo con fuerza. Un leve tono verde ahora adornaba una parte de su pómulo, combinado con el raspón sangrante en su frente.

-¡D-despacio!

-¡Callate! ¡Nadie te mando a hacer tonterías! Ahora te aguantas -natalan ya se sentía una madre regañando a su hijo...

Sin piedad alguna, presionó con fuerza el algodón contra la herida. Lucasta soltó un grito.

-¡Ahora por tu culpa también tendré esas malditas marcas en mi cara!

-Yo jamás te reclame la vez que peleaste con ese chico ¡y me golpeaste también! -debatió lucasta, mirándolo ofendido.

-¡No te pregunté! -Esta vez presionó con fuerza la gasa. Lucasta soltó un último quejido y se levantó para poder dejar que el azabache retomara sus clases, pero él mismo lo detuvo.

-Espera, aún no termino-decía buscando algo entre los bolsillos del uniforme.

-¿Eh? ¿Que harás ahora? -Lo miró curioso, volviendo a sentarse.

-Tapar ese horrible moreton. Sacó dos envases, uno alargado y otro circular. A lucasta le tomó unos segundos reconocer que se trataba de maquillaje

-. Compré uno para tí también así que agradeceme -dijo empezando a untarle la base líquida.

Lucasta sonrió ante el ridículo pensamiento que había llegado a su mente.

-Oh... ¿tú usas eso también?

-Ajá-respondió de forma distraída, pasando sus dedos delicadamente por la marca, esparciendo el maquillaje.

No pudo evitar sentirse hechizado por
la pulcra y brillante piel de lucasta, ahora profanada por aquel moreton. Algunas veces aprovechó para acariciar su mejilla con el pulgar, con la excusa de estar aplicando maquillaje en la zona.

Lucasta también estaba preso del hechizo. Sentía algo cálido en su corazón al sentir los delicados dedos del azabache sobre su rostro, rozandolo con cuidado y fragilidad. Pero su idiotez volvió a dominarlo para arruinar el momento...

-Yo creí que usabas harina.

Los ojos marrones desbordando de coraje fue lo último que vio antes de que el puño de Natalan estampara contra su cara.

Y bueno hasta aqui el cap 5
Iba a subir mañana porque tenía flojera pero me motive a subirlo hoy⊂⁠(⁠◉⁠‿⁠◉⁠)⁠つ

ALMAS GEMELAS DESPUÉS DE TODO (Lucasta x Natalan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora