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Yuuji siguió a Choso hasta la sala de estar, sintiendo una mezcla de preocupación y curiosidad por lo que su hermano tenía que decirle. Sin embargo, en cuánto cruzó el marco de la puerta y entró a la sala, Yuuji se encontró con un hombre rubio esperando de pie en medio de la habitación.

Yuuji se quedó paralizado al reconocer a aquel hombre. Su corazón comenzó a latir con fuerza mientras su mente intentaba procesar la situación. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué estaba Nanami Kento allí? Choso se acercó a Yuuji y colocó una mano en su hombro, tratando de transmitirle calma.

"Yuuji, déjame presentarte al señor Nanami. Él es mi jefe y también es alguien que siempre ha estado apoyándonos económicamente." Yuuji asintió, aún sin palabras, mientras observaba a Kento con cautela. No sabía qué esperar de esta situación.

Nanami Kento se acercó a Yuuji con una sonrisa seductora en su rostro.

"Hola, Yuuji. Me alegra finalmente conocerte en persona." Sus ojos profundos se clavaron en los de Yuuji, transmitiendo una intensidad irresistible. "Choso me ha hablado mucho de ti, pequeño." El alfa dominante se acercó aún más, su aliento cálido rozando la mejilla de Yuuji antes de susurrar contra su oído: "Luces tan tentador como aquel día en el aeropuerto. Tan deseable."

Yuuji soltó un jadeo de sorpresa, y se alejó rápidamente de aquel alfa, sintiéndose sumamente incómodo con la presencia de ese hombre ahí en su casa. El pequeño pelirosado dió algunos pasos, escabulléndose y escondiéndose justo detrás del cuerpo de su hermano mayor. Se sentía vulnerable y asustado, sin saber cómo reaccionar ante las palabras y la presencia de aquel alfa dominante.

Choso, notando la incomodidad de su hermano menor, se giró y posó una mano delicadamente sobre su delgado hombro.

"Yuuji, es mejor que todos tomemos asiento y hablemos con el señor Kento sobre algo importante." Murmuró su hermano mayor, dándole un ligero apretón en el hombro antes de soltarlo y posteriormente tomar asiento en el sofá.

Yuuji observó como Nanami Kento también tomaba asiento, así que resignado, terminó sentándose en el sofá justo al lado de su hermano mayor. Miró de reojo al alfa rubio, quien también estaba sentado en uno de los sofá, justo en frente. Aunque se sentía incómodo con su presencia, decidió mantener la mente abierta y escuchar lo que tenían que decir. Choso comenzó a hablar en un tono serio pero calmado.

"Mi jefe, el señor Nanami, es un hombre de negocios muy influyente y poderoso. El está dispuesto a ayudarnos a saldar por completo la deuda de nuestros padres." Choso comenzó hablando con seguridad, sin embargo, su voz luego comenzó a sonar temblorosa. "Pero... El señor Nanami tiene una condición."

Yuuji miró a Choso con preocupación, notando el cambio en su tono de voz.

"¿Qué condición, Choso? ¿Qué es lo qué el señor Nanami quiere a cambio de ayudarnos?" El pequeño omega pelirosado cuestionó a su hermano mayor. Choso suspiró, mirando a Yuuji con tristeza en sus ojos.

"El señor Nanami quiere... Quiere tener..." La voz de Choso era cada vez más temblorosa, y sus ojos estaban posados en el piso, como si no fuese capaz de atreverse a mirar a Yuuji en ese momento. "Él quiere tú virginidad, Yuuji." Finalmente Choso soltó aquellas palabras que habían estado atoradas en su garganta.

Yuuji quedó atónito al escuchar las palabras de Choso. Su corazón comenzó a latir rápidamente y su mente se llenó de confusión y angustia. No podía creer lo que estaba escuchando.

Nanami Kento sonrió como si la escena frente a él le pareciera sumamente divertida. El alfa dominante se puso de pie, y con pasos lentos pero seguros, se acercó hasta el pequeño omega de cabellos rosados, tomándolo del mentón y alzándole el rostro.

"Oh, pequeño Yuuji, no tienes idea de cuánto deseo tenerte. Quiero explorar cada centímetro de tu cuerpo, probar tus labios, sentirte temblar bajo mi toque. Quiero que seas mío en todos los sentidos, que te entregues a mí sin reservas." Nanami Kento sonrió con malicia mientras sostenía el rostro de Yuuji entre sus manos. Sus ojos profundos se clavaron en los de Yuuji, llenos de deseo y posesividad. "No te preocupes, pequeño. Te prometo que te trataré muy bien."

El jovencito se sintió abrumado por la intensidad de las palabras y por aquella mirada de deseo que Nanami Kento le regalaba. Su corazón latía con fuerza en su pecho mientras luchaba por mantener la compostura frente a la presión del alfa dominante. Las manos de Nanami en su mentón lo hacían sentir vulnerable y expuesto, y sobre todo, asustado.

Con un dejo de valentía repentina, Yuuji apartó el agarre de Nanami con un fuerte golpe, sorprendiendo al alfa dominante. Se puso de pie, mirando a su hermano mayor y a Nanami, la furia brillando en sus ojos. Realmente no podía creer que esto de verdad estuviera sucediendo.

"No puedo creer que estés dispuesto a hacer esto, Choso." Dijo Yuuji, su voz llena de decepción. "¿Realmente crees qué deberíamos aceptar esta propuesta? ¡No puedo simplemente entregar mi virginidad a cambio de dinero!"

"Lo sé, Yuuji. Pero... Realmente no puedes negarte." Choso se acercó a Yuuji, tratando de calmarlo. "Yo ya he aceptado, y el señor Kento ya ha cubierto la mitad de la deuda."

Yuuji sintió un nudo en su garganta al escuchar las palabras de su hermano. La traición lo invadió por completo, sintiéndose profundamente herido y decepcionado.

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Yuuji mientras se alejaba de Choso, buscando un lugar para sollozar en privado. Se sentía perdido y confundido, sin saber cómo reaccionar ante esta situación. La confianza que había depositado en su hermano se había desmoronado en un instante, dejándolo con un dolor inmenso en el corazón. En medio de la furia y el dolor, Yuuji aún pudo ser capaz de observar cómo aquel alfa dominante trataba de acercarse a el nuevamente, con intenciones de sujetarlo.

"¡No te acerques más! ¡Aléjate! ¡Me das asco!" Exclamó Yuuji, su voz llena de rabia contenida. "No permitiré que me trates como un objeto. No importa cuánto dinero tengas, no tienes ningún derecho de jugar con mi vida de esta manera."

El alfa dominante se detuvo por completo justo a mitad de camino, sumamente sorprendido por las palabras y reacción de Yuuji. Con el corazón destrozado y las lágrimas corriendo por sus mejillas, el joven omega se dio la vuelta y corrió hacia su habitación. Con pasos rápidos, entró y azotó la puerta detrás de él, buscando un refugio temporal de la realidad dolorosa que lo rodeaba.

Sin poder contenerse más, Yuuji se dejó caer de rodillas al suelo y comenzó a llorar desconsoladamente. Las lágrimas fluían libremente mientras su corazón se rompía en pedazos. Se sentía traicionado y abandonado. Y lo peor, es que la traición había venido por parte de la persona de quien menos lo esperaba.

𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆𝒔 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂𝒔. | 𝑁𝑎𝑛𝑎𝐼𝑡𝑎, 𝐺𝑜𝑌𝑢𝑢, 𝑇𝑜𝑗𝑖𝐼𝑡𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora