Capítulo 7

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El pequeño monstruo no entendía porque el caballero de armadura blanca quería saber sus secretos, aun así, ninguna criatura de aquel reino podía enterarse porque aquel hombre al que también llamaban bueno le advirtió que si lo descubren lo mantendría cautivo nuevamente.

Nameless Monster - NM

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Andras

El reloj marcaba las 10:50 AM, mis dedos recorrían una y otra vez la tela que tenía entre las manos, se trataba del blazer de Uriel, ese que se había quedado en mi casa por una razón no muy clara aún, el día que me encontró en la discoteca.

Esta mañana luego de ducharme, por haber tenido ese sueño tan inquietante como casi real, he de decir del cual es algo que aún no termino de procesar por completo, pero del cual tampoco me debería agobiar, ósea era algo normal esas cosas sucedían o de eso me intentaba convencer a mí misma, porque era solo un sueño, podría haber sido a causa de los últimos acontecimientos que giraban en torno a mi vida, estos días han sido un poco agitados, muchas cosas han sucedido demasiado rápido en un corto período de tiempo, ¡así que si! Solo era eso; me repetía a mí misma, en más de una ocasión.

No sé en qué momento, pero atraje el blazer hacia mi nariz, me encontraba aspirando su aroma, el mismo que había sentido el día de la fiesta, el mismo del estacionamiento, como también era el mismo olor con el que soñé.

La razón inicial por la que había tomado el blazer desde el inicio, era porque me estaba evaluando si entregarlo cuando tuviésemos consulta.

Vuelvo a mirar el reloj que ahora marcaba las 10:55 AM, debería llegar en breve, su cita era a las 11:05 AM.

Por otro lado pensaba que quizá, no sea el momento justo para hablar sobre lo que pasó esa noche, pero ¿cuándo sería? En ese momento, realmente necesitaba zanjar este asunto cuanto antes.

Hacer borrón y cuenta nueva, volver a empezar, pedirle disculpas por mis acciones, y que no debería haberme visto en esa condición, aunque tampoco es que fuese mi culpa.

En una acción casi desesperada, aferré con creciente fuerza los dedos en el blazer, sintiendo una urgencia frenética de que ese olor se quedara impregnado en mis manos.

No tenía ni idea, ¿cómo reaccionaría al verlo?, el nerviosismo me carcomía por dentro, esta situación se estaba convirtiendo en algo totalmente incómodo; puede que mi padre no estuviera equivocado del todo y lo mejor sería pedir que me cambiasen de paciente.

Pero tenía que conservar la calma, debía verlo como un paciente más, aunque la presión me consumía; no podía permitir que mi carrera se desmoronara antes de empezar.

¿Cómo podía alguien desestabilizar a otra de esa manera, sin siquiera haber tenido un acercamiento coherente? No lograba entender la situación, solo podía pensar y pensar en un '¿por qué?', pero ni siquiera sabía por qué lo hacía.

El teléfono de mi despacho suena y ya sabía lo que se vendría a continuación.

En un gesto rápido y descuidado guardé el blazer en uno de los cajones que tenía el escritorio.

Levanté el teléfono por fin.

Antes que la secretaria le diera tiempo a hablar, me adelanté.

-Dígale que pase.

Le eché un último vistazo al reloj y marcaba 11:05 AM exacto.

Dos toques en la puerta se hicieron presentes, había llegado el momento.

Un pacto de amantes perdidos © (+21)-(Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora