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Después de la revelación en la pantalla, el salón quedó en un silencio sepulcral. Las miradas se dirigieron a Elena, quien, nerviosa, evitaba hacer contacto visual con todos. Klaus estaba a su lado, aún procesando la noticia. Ayana se acercó al frente del grupo y tomó la palabra.

—Sé que esto es impactante y confuso para todos —comenzó Ayana—, pero deben entender que lo que vieron en la pantalla es real. Elena está embarazada, y el padre es Klaus. Este es un evento único y sobrenatural, algo que desafía nuestras propias expectativas y conocimientos sobre vampiros e híbridos.

Bonnie fue la primera en romper el silencio. —¿Cómo es esto posible? Los vampiros no pueden procrear. Incluso si Klaus es un híbrido, esto no debería ser posible —dijo con incredulidad y una mezcla de enojo.

Ayana asintió. —Es cierto que, en circunstancias normales, los vampiros no pueden tener hijos. Pero recordemos que Klaus no es un vampiro de nacimiento, el es un licántropo, la magia lo convirtió de esa manera. Su naturaleza ha permitido que este milagro ocurra.

Caroline, quien siempre había tenido una relación complicada con Klaus, miró a Elena con una mezcla de sorpresa y preocupación. —¿Elena, cómo te sientes con esto? —preguntó, tratando de entender la situación desde su perspectiva.

Elena tomó un profundo respiro antes de responder. —No voy a mentir, estoy aterrada. Nunca pensé que sería madre, y menos en estas circunstancias. Pero ya tomé una decisión. Voy a tener este bebé. No puedo renunciar a esta oportunidad, por más complicada que sea.

Damon, que había estado en silencio todo este tiempo, se levantó y se acercó a Klaus. —¿Y tú, Klaus? ¿Qué piensas hacer al respecto? —preguntó con un tono desafiante.

Klaus lo miró con seriedad. —Este bebé es tan inesperado para mí como lo es para ustedes. Pero no voy a abandonarlo ni a Elena. Si esto es verdad, entonces protegeré a mi hijo con todo lo que tengo. Y aunque esto signifique una gran debilidad, también es una fortaleza que no dejaré de lado.

Stefan, siempre el mediador, intentó calmar la situación. —Necesitamos entender que esto no es solo sobre nosotros o sobre Klaus y Elena. Este bebé podría cambiar muchas cosas en nuestro mundo. Debemos estar unidos y apoyar a Elena en esto.

Ayana asintió. —Stefan tiene razón. Este bebé es especial y su nacimiento traerá consigo grandes cambios. No sabemos cuáles serán todos los desafíos, pero juntos podemos enfrentarlos.

Bonnie, aunque todavía luchaba por comprender, se acercó a Elena. —Te apoyaré en esto, Elena. Sé que es difícil y extraño, pero estamos juntos en esto.

Elena sonrió, agradecida por el apoyo de su amiga. —Gracias, Bonnie. Sé que no será fácil, pero con todos ustedes a mi lado, creo que podemos superar lo que venga.

El destino en sus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora