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Los días siguientes estuvieron llenos de preparativos y discusiones sobre cómo manejar la situación. Ayana trabajó con Bonnie para asegurarse de que Elena y el bebé estuvieran protegidos. Ayana le dio a Elena un collar especial que la mantendría oculta de cualquier bruja que intentara localizarla. Además, trabajaron en un hechizo para proteger la casa donde se escondería.

Klaus, por su parte, comenzó a planear cómo proteger a Elena y al bebé de cualquier amenaza. Sabía que esto no sería fácil, pero estaba decidido a mantener a su familia a salvo. Se acercó a Caroline para pedir su ayuda, sabiendo que su relación con ella podría ser una ventaja en estos tiempos difíciles.

—Caroline, sé que no siempre hemos estado de acuerdo, pero necesito tu ayuda. Elena y nuestro bebé estarán en constante peligro. Necesito que estés con nosotros en esto —dijo Klaus con seriedad.

Caroline, aunque aún sorprendida por toda la situación, asintió. —Haré lo que pueda para ayudar, Klaus. No por ti, sino por Elena y ese bebé. Merecen estar a salvo.

Mientras tanto, Elena se preparaba mental y emocionalmente para lo que vendría. Sabía que su vida cambiaría drásticamente, pero estaba decidida a enfrentar este desafío con valentía. Con el apoyo de sus amigos y Klaus a su lado, sentía que podría superar cualquier obstáculo.

El día finalmente llegó. Ayana reunió a todos en el salón para la última parte del hechizo de protección. Todos estaban presentes, incluidos Damon, Stefan, Caroline, Bonnie, y Klaus. Ayana comenzó a recitar las palabras del hechizo, mientras Bonnie ayudaba con la energía mágica.

Elena, sosteniendo el collar que Ayana le había dado, sintió una oleada de poder y protección a su alrededor. Sabía que este era solo el comienzo de una larga y difícil jornada, pero también sabía que no estaría sola. Con una determinación renovada, miró a sus amigos y a Klaus, agradecida por su apoyo y amor.

Ayana terminó el hechizo y miró a Elena con una sonrisa. —Estás lista, querida. Este collar te protegerá, y nosotros estaremos contigo en cada paso del camino. No temas, porque estás rodeada de aquellos que te aman.

Elena asintió, sintiendo una nueva fuerza dentro de ella. —Gracias, Ayana. Gracias a todos. Juntos, podemos enfrentar cualquier cosa.

Con una última mirada a sus amigos, Elena supo que, a pesar de las dificultades que podrían venir, tenía todo lo que necesitaba para enfrentar el futuro. Y con el bebé en su vientre, sabía que tenía una razón aún más poderosa para luchar y sobrevivir.

- Prepárense para el día de mañana que seguiremos viendo el futuro - mencionó Ayana

El destino en sus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora