𝐀𝐋𝐄𝐒𝐒𝐈𝐀 𝐄𝐑𝐀 𝐔𝐍𝐀 chica especial, una de esas personas que brillan con luz propia. Desde pequeña, había demostrado ser perseverante, nunca se rendía ante los obstáculos. Su creatividad la destacaba en todas sus actividades, siempre encontrando formas originales de resolver problemas y superar desafíos. Amable y considerada, Alessia tenía una palabra de aliento para todos y su calidez humana la convertía en el corazón de su círculo de amigos.
A sus 17 años, Alessia era segura de sí misma, una característica que había desarrollado gracias a su pasión por la actuación. Sabía que su amor por el arte dramático era su verdadero llamado, y su confianza se reflejaba en cada audición y actuación. Además, su sentido del humor y su empatía la hacían una persona con la que era fácil conectar. La honestidad y la resiliencia completaban su personalidad, permitiéndole recuperarse rápidamente de cualquier contratiempo y seguir adelante con determinación.
Aquella mañana, Alessia se levantó con la emoción palpitando en su pecho. Hoy era el día del primer casting para "Zombies 4", una oportunidad que había soñado desde que se convirtió en una gran fan de la serie. Después de lavarse la cara, se dedicó a su rutina de cuidado de la piel, aplicando su crema hidratante y protector solar con movimientos precisos y seguros. El maquillaje fue el siguiente paso: una base ligera, un toque de rubor, máscara de pestañas y un labial suave. Quería lucir fresca y natural, destacando sus mejores rasgos sin exagerar.
Bajó a la cocina, donde su madre, Elizabeth, ya estaba preparando el desayuno. Alessia se sirvió un tazón de cereales con frutas y se hizo un café. Se sentó en la mesa frente a su madre, que le sonrió con orgullo.
—¿Nerviosa? —preguntó Elizabeth, observando a su hija con cariño.
—Un poco —admitió Alessia mientras vertía leche sobre los cereales— Pero más emocionada que nerviosa. He estado esperando esto por mucho tiempo.
—Lo sé —respondió su madre, tomando un sorbo de su propio café— Y sé que estás más que preparada. Tienes todo para lograrlo.
—Gracias, mamá. Significa mucho para mí que me apoyes tanto. —Alessia sonrió, sintiéndose afortunada por tener una familia que la respaldaba.
—Sólo recuerda ser tú misma. Eso es lo que te hace única. —Elizabeth le dio un apretón en la mano, transmitiéndole confianza.
Alessia terminó su desayuno, sintiéndose fortalecida por las palabras de su madre. Después de asegurarse de que tenía todo lo que necesitaba en su bolso, se despidió de sus perritas, Juana y Canela, y se dirigió al auto con su madre. En el camino, pusieron música de Coldplay, una de las bandas favoritas de Alessia. Las melodías familiares llenaron el auto, ayudando a calmar sus nervios.
