𝟔.

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No estaba siendo un buen día

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No estaba siendo un buen día.

Apenas pusieron un pie fuera de la base, todo se vino abajo en un segundo.

Primero, un creeper eléctrico explotó demasiado cerca de ellos, causando que más de la mitad del equipo tuviera graves quemaduras por la explosión.

Segundo, se habían quedado sin comida bastante rápido, quizá haya sido por la explosión de hace unos momentos, y no podían regresar a la base por más porque ya estaban bastante lejos y sería una perdida de tiempo.

Y por último, empezó una tormenta eléctrica, era más lluvia que truenos, pero aún así se creó una densa niebla de color rojizo que apenas dejaba ver a la lejanía. Por suerte tenían las máscaras, que ayudaban un poco.

Todo iba tan bien. — susurró la francesa, arrancando con los dientes un pedazo de tela de su camisa para usarla como venda en su rodilla.

Todo por culpa de ese estúpido creeper. — se quejó Charlie, sacudiendo sus ropas por la suciedad.

Philza guardó silencio, mirando a uno por uno en su equipo, eran más de la mitad los que se encontraban heridos de gravedad. Siendo los únicos casi ilesos Foolish, Cellbit, Jaiden y él.

El rubio miró la pantalla de su comunicador, apenas pasó una hora desde que enviaron las tareas y el equipo azul ya estaba arriba de la tabla. Frunció el ceño e hizo un ademán con la mano para llamar la atención de todos, no podían seguir perdiendo el tiempo.

Esto es lo que vamos a hacer, Jaiden y Foolish, ustedes irán al norte de la isla. — señaló a los nombrados que, inmediatamente, se pusieron de pie al escuchar sus nombres. — Cellbit, tú y yo iremos al sur. Los demás, recuperen fuerzas lo más pronto posible para que puedan seguirnos.

Dicho esto, se fue acompañado de Cellbit. En busca de hacer misiones, vendas para su equipo y más pintura para su esposo, por supuesto.

Solo esperaba que no hubiera más molestas interrupciones en su camino, otra vez.

El día estaba relativamente tranquilo, a pesar de la llovizna y relámpagos, ningún otro equipo los había atacado desde hace dos días, suponía que estaban igual de ocupados que ellos recolectando recursos para cuando llegue el gran día.

¡Papá, mira! — exclamó el brasileño, señalando con su dedo índice un cofre, que parecía escondido entre unos arbusto secos.

Cellbit dio un paso hacia el cofre, pero una mano le obligó a quedarse quieto.

No te muevas, puede que sea un cofre trampa. — dijo Philza, que miró a su alrededor con suma cautela, buscando algún indicio de que pueda ser un engaño. La niebla no había cambiado en nada desde la mañana, así que no sirvió de mucho mirar alrededor.

 𝕾𝐰𝐞𝐞𝐭 𝕽𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora