Missa despertó, y para su sorpresa, su esposo seguía en la cama, solo que esta vez no estaba abrazándolo. De hecho, estaba dándole la espalda a él, solo podía ver su largo pelo rubio y parte de su espalda.No le fue difícil salir de la cama, después de todo Philza no estaba abrazándolo esta vez. El mexicano mentiría si dijera que no le afectó eso más de lo que debía, se sintió casi como dormir incompleto, pero no se atrevió a pedir o incluso ser él quien lo abrazara esta vez al notar la nada disimulada expresión de molestia que pintaba el rostro de su marido.
Fue algo muy extraño, estaba medio dormido cuando Philza regresó de su charla con la francesa pero aún así podía sentir que la actitud de su esposo decayó de repente.
Cambio su ropa, tomando algunas prendas que Philza dejó para él, justo a su medida. Miró la cara del rubio que conservaba el ceño fruncido incluso dormido. Rió ante la ironía de pensar que siempre era Philza quien lo dejaba en la cama y ahora al revés.
Se dirigió a la pequeña sección de la base que Missa denominó que sería la cocina, por ahora. Puso a calentar agua para hacer café y té en lo que preparaba algo para desayunar. La base estaba vacía, como era de costumbre cuando despertaba por completo.
Calentó agua caliente mientras trataba de pensar en que podría hacer de desayunar cuando Philza despierte, al menos así se mantendría entretenido un rato y no pensaría mucho en la razón del porque la repentina frialdad de su esposo.
Philza no era así. Philza nunca se ha enojado con él sin realmente decirle cuál fue la razón. Su dinámica siempre fue bastante sana.
Bueno, Missa ya no sabía si decir que era sana completamente con su constante ausencia, que parecía que cada vez se iba por más tiempo que la anterior. Y Philza nunca le reclamó nada sobre eso, nunca dijo nada al respecto, de hecho.
Missa aveces pensaba si el rubio no preguntaba porque respeta sus asuntos de trabajo, o meramente porque no le interesa en absoluto. Esa última opción le hacía deprimirse un poco al hacerse la idea de que podía ser la más acertada. Pero estaba bien, porque Missa sabía que su trabajo no era gran cosa ¿a quién le gustaría saber sobre su ocupación fuera de la isla, no?
El azabache apagó el agua cuando escucho el ligero burbujeó del agua en el fuego. »Pinche Missael, no es tiempo de pensar en pendejadas, ya ponte a hacer de tragar antes de que se despierte Phil.« el mexicano sirvió con cuidado el agua hirviendo en ambas tazas de cerámica.
Cuidado que no duró mucho, pues una voz ronca hizo que sus manos temblasen de susto, el agua quemando un poco su palma.
— Buenos días. — saludó con un bostezo el mayor, sus ojos zafiros seguían entrecerrados para acostumbrarse al cambio de iluminación, sin percatarse aún de el latino apresurado en poner una servilleta en su reciente accidente para que el inglés no se diera cuenta.
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𝕾𝐰𝐞𝐞𝐭 𝕽𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞
Random⿻- Donde el equipo rojo, cansado de que el equipo Soulfire esté a la delantera en misiones y hartos de que cierto demonio les juegue bromas pesadas, deciden planear una pequeña venganza. ¿Y qué mejor lección que secuestrar al interés romántico...