𝓒𝓪𝓹 13: Si no sintiéramos, ¿para qué viviríamos?○

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"Cuando se cierra una puerta, otra se abre; pero a menudo miramos tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que se ha abierto para nosotros."
— Alexander Graham Bell

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Cade🎮🎧

Apreté los labios enfurruñado, Bautista estuvo ignorandome toda la semana, no contestaba ninguno de los reels que le enviaba y mucho menos los mensajes.

Nunca lo hacía, pero antes por lo menos decía que era un pesado y que deje de molestar, ahora ni eso.

Después de lo que dijo el día en su casa ha estado demasiado tenso.

Y me siento mal.

Odio ser tan sensible.

Dejó la mochila a un lado y se sentó a mi lado.

Lo único que no ha cambiado es eso, sigue eligiendo quedarse sentado en el pupitre que esta junto al mío.

Ni siquiera dije hola,tenía a los auriculares puestos.

Le pinché el brazo y ni siquiera giro para mirarme.

Solté una palabrota.

Me cansé, estaba harto.

No podía comportarse así, deje pasar unos días porque pensé que..., ni siquiera sé, solo quería darle su espacio.

Los ojos se me llenaron de lágrimas.

Aprete los ojos con fuerza, me levante y salí del salón.

Menos mal que el pesado de matemática faltó.

Se que él tiene todo el derecho de hacer lo que le apetezca, quizás ni siquiera me ve como un amigo, y no lo juzgo, no hace ni dos semanas desde que hablamos por primera vez.

Por eso me frustra tanto que esto me afecte, que esto me duela de alguna manera.

Odio ser tan jodidamente débil.

Mamá dijo que sentir demasiado no tiene porque ser una debilidad.

Avancé por el pasillo hasta el baño.

Me enjuague la cara y suspire.

Una pequeña parte egoísta de mí espero que él viniese detrás de mí.

Ni siquiera entiendo porque estoy llorando, es una estupidez.

-¿Cade? -levante la cabeza, Oliver frunció el ceño y se acercó- ¿te encuentr...

Ni siquiera lo deje terminar porque lo abrace, dió un respingo pero me acaricio la espalda.

Todo sería mejor si no tuviesemos que sentir.

Si no sintiéramos, ¿para qué viviríamos?

Se puso filosófica mi conciencia.

Me separe y suspire.

-Lo siento -me pase una mano por el cabello- por...eso.

-No pasa nada -esbozo una sonrisa- ¿estas mejor?.

-Sí, gracias -sonreí.

-Si necesitas algo puedes contar conmigo, no seré el mejor dando consejos pero se escuchar.

Solté una risa floja y me pase la manga de mi camiseta por debajo de mis ojos.

Me guiñó un ojo y se encerró en uno de los cubículos.

Sinceramente no me ví hablando con Oliver en ninguna de las quinientas posibles circunstancias que me imagine.

No lo pensé ni dos veces antes de sacar el celular del bolsillo y llamar a Kei.

Punto De QuiebreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora