Rhaenys no vivió tan feliz los últimos meses, su madre acepto su palabra pero no confío en ella. Se sintió como Matilda cuando la Señorita Honey dudó de su poder, que necesito mostrar su potencial.
Elia se mantuvo un poco distante, se le hizo raro estar criando a una mujer de casi su edad y su hija sea esa mujer. Pero cuando vio la tristeza que su pequeña se estaba sumiendo no dudo en volver a entregarle plenamente su amor.
Todo fue duro para Elia, el saber que su hija era una bruja que desde su nacimiento es consciente del nido de víboras en el que viven, saber todo lo que estuvo haciendo para protegerlos; Rhaenys le enseñó su varita para canalizar su magia y porque al ser tan pequeña la cantidad de poder que maneja es muy pesada.
Todo el conocimiento de Rhaenys era fascinante, aunque no quería contarle tanto de su vida pasada si compartía todos los conocimientos que tenía, desde matemáticas, ciencias, alquimia y herbología hasta las maquinaciones sociales. Gracias a esos conocimientos Elia pudo hacer redes para mantener a sus hijos a salvo.
-su alteza... -una criada la busca en la noche- el rey ordenó el asesinato de Lord Stark y su heredero. Ambos están muertos.
-¿cómo sucedió? -su criada le relata como Lord Rickard Stark fue atado y suspendido sobre una hoguera, cociéndose dentro de su armadura mientras su hijo miraba. A Brandon Stark se le ató con una cuerda de cuero el cuello y se puso una espada justo fuera de su alcance, y se estranguló a sí mismo mientras intentaba liberarse para salvar a su padre.
Elia no podía creer la crueldad del rey, pero no sabía que ese plan fue plantado en la mente de Aerys por la pequeña Rhaenys. Ella quería venganza por la insolencia de Lyanna, y lastimando a la loba iba a lastimar a Rhaegar también.
—Mami... –Rhaenys entró a la habitación sonriente como cualquier niña con Balerion siguiendola de cerca.
—Mi pequeña princesa –Elia toma en brazos a su hija– ¿dónde estuviste toda la mañana?
—Rompí el ayuno con la abuela y mi tío Viserys... luego acompañe a mi abuelo al consejo y a la ejecución... –dice como si nada– ah, y también estuve explorando con Balerion...
Elia mira a su dama y esta se encoge, no le había dicho a propósito que Rhaenys estuvo con el Rey en la ejecución.
—¿Ya comiste algo a parte del desayuno?, el maestre dijo que debes comer muchas verduras... –Rhaenys arruga la nariz.
—El maestre quiere matarme de hambre –dice digustada por las ínsipidas verduras que abundaban en su dieta. Elia y su dama ríen por su reacción, por momentos parecía que Rhaenys de verdad era una niña pequeña.
—Adele, trae algo para que Rhaenys coma... –la dama asiente y con una reverencia se marcha.
Elia con Rhaenys aun en brazos la lleva hacia una tina con agua tibia, saca la ropa a la niña a pesar de sus protestas y la mete en el agua.
—mami, puedo bañarme sola –dice haciendo un puchero cuando Elia la baña y coloca aceites florales.
—Tal vez, pero no me saques el gusto... –dice mientras limpia el rostro lleno de polvo de su pequeña– ¿estuviste otra vez en la catacumbas?
—Si... hay tres huevos de dragón muy bonitos... –dice su pequeña– mami, tengo miedo... ¿si todo sale mal?
Elia sabía que su niña había pasado mucho en su vida anterior, algo que no se atrevía contar y hacía que se encoja sobre si misma cuando mencionaba la seguridad de su familia.
—¿Qué podría salir mal tesoro?, mientras estemos juntos y tengamos personas leales estaremos bien, podremos huir a Dorne si es necesario...
Termina de bañar a su niña y la envuelve en una toalla, y mientras la lleva hacia la habitación para vestirla nota que se durmió en sus brazos... su pobre niña, ¿qué pasa por sus pensamientos?
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Rhaenys logró crear dos transladores, uno que la lleve hasta donde está la "loba del norte" y otro que la traiga de vuelta, los guardó para y usarlos en el momento indicado. Su madre la había estado sobreprotegiendo, apenas dejaba que ella y Aegon se apartaran de ella, excepto en ciertas ocasiones.
Por otro lado, ella y Viserys crearon un vínculo más estrecho desde que el Rey anunció oficialmente su compromiso, por lo que convivian y cuidaban a la Reina Rhaella en su embarazo.
—No Rhaenys, mi madre no te dejará nombrar al bebé –dice Viserys peleando con la pequeña por quién iba a nombrar al bebé. La Reina reía alegremente ante la tierna pelea.
—Pueden elegir juntos el nombre –dice Rhaella, haciendo que ambos dejen de pelear para mirarla– Rhaenys elige el nombre para una niña y Viserys, tu escoges el nombre si es un niño...
Ambos niños se miraron y miraron a la Reina, luego se volvieron a mirar entre si.
—con todo respeto madre, pero esa opción es una muy mala idea... –Rhaenys asintió.
—Es cierto, al final solo uno podrá nombrar al bebé... –ambos fruncen el ceño y la Reina solo puede reir.
—Ah, ustedes me dan años de vida –dice con una sonrisa– entonces yo elegiré el nombre, ya no hay problemas...
—¡No es Justo! –dicen ambos a la vez.
—Sus Altezas –una dama de la Reina los interrumpe– es hora de la revisión del Maestre, deben dejar a su majestad...
—Vayan mis niños, nos vemos en la cena... –Rhaella besa la frente de Viserys y la de Rhaenys.
Ambos salen inconformes, de repente Viserys se sobresalta al ver a Balerion aparecer de entre las sombras.
—Bestia... –dice disgustado y Balerion le gruñé.
—No le digas así... –dice Rhaenys, Balerion empieza a maullar como si quisiera decirle algo y empieza a correr– espera...
Rhaenys empieza a correr tras Balerion sin notar que Viserys la sigue, al entrar en un pasadizo ella siente que Viserys la toma de la muñeca.
—¿Qué haces aquí?... –pregunta al notar al fin a su tío.
—No deberiamos estar aquí, todo se hace muy oscuro... y...
—Vuelve Viserys... yo sigo con Balerion...
—¡Es un gato!, no puedes explorar zonas oscuras y sin gente con solo un gato... puedes perderte o puede pasarte algo...
—No me iré... –la pequeña se zafa del agarre de su tío y sigue; Viserys temeroso sigue a su sobrina mientras su corazón late con fuerza.
—Lumos... –más adelante escucha la voz de su sobrina en un susurro y una fuerte luz ilumina el pasaje. Ve unas escaleras por las que Rhaenys va bajando y la luz se aleja con ella, por lo que se apresura a alcanzarla.
Al terminar de bajar la escalera ve a Rhaenys y esa bestia cruzar una puerta, y todo se vuelve oscuro nuevamente.
—¡Rhaenys!, ¿dónde estás? –grita asustado Viserys al encontrarse de nuevo en la oscuridad, con miedo palpa las paredes mohosas buscando la puerta.
—Te dije que volvieras... –Rhaenys abre la puerta y la tenue luz ilumina parte del pasillo y la habitación en la que ella estaba.
—No iba a dejarte ir sola... ¿y si te sucedía algo? –ella lo invita pasar a la habitación y cierra nuevamente la puerta– ¿dónde estamos?
Viserys escucha un gruñido que lo hace sobresaltar, gira su cabeza y ve tres dragoncitos en la chimenea con fuego.
—Somos los príncipes de la profecía, Viserys...
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Never Bended, Fire and Blood
FanfictionHarriet no sabía que sucedió, solo sabe que fue a dormir luego de una cena con su esposo y luego despertó en un salón donde un hombre horrible le decía que olía a dorniense.