Fire and Blood

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Harriet estaba cumpliendo sus tres años  como la pequeña Rhaenys cuando descubrió los pasadizos de la fortaleza roja, le encantaba explorar hasta que descubrió que su padre los iba a abandonar.

—Rhaegar... por favor, no nos hagas esto –su madre tenía los ojos rojos y lágrimas corriendo por su rostro– eres mi esposo, el padre de mis hijos y tienes a otra por la que quieres dejarnos, ¡No es justo!

—No, Elia, lo que no es justo es que tenga que quedar atado a ti cuando no te amo –Rhaenys pudo escuchar el corazón de su madre romperse– amo a Lyanna y ella me corresponde y es...

—¡Es una niña!, yo soy tu mujer y ella la otra.

—¡Pues para mí tu eres la otra! –el grito y las palabras de su padre se sintieron como una bofetada, pero sus siguientes palabras se sintieron como puñaladas a sangre fría– si tan solo me hubieses dado hijos dignos te permitiría este berrinche, pero debes conocer tu lugar Elia... no estamos en Dorne, aquí no eres especial.

—Entonces deshereda a mis hijos y déjanos marchar a Dorne, ahí mis hijos y yo seremos valorados. Incluso si los haces bastardos, ellos perteneceran a Dorne –la mirada de su madre estaba vacía y su corazón estaba roto.

—No puedo hacer eso, la gente hablara de los matrimonios Targaryen son fallidos y...

—¿Y qué crees que pensaran cuando escapes con Lyanna? –a pesar de lo que sucedía Elia se abstenia de insultar a Lyanna, ella era solo una niña que cree estar enamorada.

—Lo siento, pero no te puedo conceder lo que quieres...

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El tiempo paso y Rhaenys se lleno de odio hacia su padre, preparó todo para proteger a su madre y su hermano, con un cuchillo que encontró empezó a tallar runas en las entradas de las habitaciones para que nadie que pretenda hacerles daño ingrese, también empezó a mostrar interés en la costura para que las septas le ayuden a bordar runas en la ropa de su hermano menor y la ropa de su madre.

Con Balerion encontró la catacumbas de la fortaleza, un lugar dónde estaba el laboratorio de la reina Visenya, ahí encontró libros que poseían hechizos oscuros, recetas para pociones, y rituales. También como lograron vincularse a dragones y como romper el vínculo con ellos en caso de necesidad. La importancia del vínculo desde la cuna y muchas otras cosas. También encontró en una hoguera eterna cuatro huevos de dragones. Podía sentir la magia en ellos, pero sabía que no estaba  vinculada y a estás alturas era peligroso vincularse.

En lugar de pensar en los dragones y lo tentador que era la idea de vincularse a ellos decidió ignorarlo, en su lugar, de manera torpe empezó a tallar una varita que la ayude a canalizar su magia sin agotarse tanto, sus tesoros estaban con ella y con ayuda de su magia logró triturar el hueso de Balerion, el terror negro, y lo mezclo con su sangre para el núcleo de su varita. La madera del árbol de corazón fue utilizada para cubrir la mezcla de hueso y sangre.

Pudo sentir como los componentes mágicos de la varita se acoplaban y se reconocían, hasta que al fin sintió la aceptación. En cuanto estuvo lista tomó la varita y sintió un escalofrío, probó un lumos, el brilló fue bastante y rapidamente pronunció un nox.

—Garrick estaría orgulloso de mí... –la pequeña niña salió de las catacumbas seguida de Balerion y llegó hasta sus habitaciones a través de los pasadizos. Al entrar a su habitación y subir a su cama para fingir que descansaba, sintió un alboroto al otro lado de la puerta.

Su madre entró con Aegon en brazos y se sentó al borde su cama, rápidamente se acuesta junto a Rhaenys y coloca al bebé entre ellas para abrazarlos. Rhaenys no entiende que pasa, pero deja a su madre descansar junto a ella.

En cuanto su madre duerme hace algo que se juró que solo haría con el rey, entró en la mente de su madre. Ahí descubrió que ella escribió a Lyanna Stark para que desista de fugarse con Rhaegar, pero una carta le fue enviada por parte de la loba, diciendo que amaba a Rhaegar y no se someterá a un matrimonio sin amor si el amor está frente a ella.

A la mañana siguiente surgieron todo tipos de rumores sobre su padre abandonando a su madre, ella empezó a faltar a sus reuniones con su abuelo, por lo que el rey empezó a enloquecer nuevamente.

La débil mente de Aerys se había vuelto adicto a la magia que ayudaba a su mente a ignorar las voces en su cabeza, se volvió tan dependiente de la magia para aliviar sus dolencias como un muggle a la morfina.

Rhaenys se enteró que los familiares de Lyanna Stark vinieron exigiendo una audiencia con el rey. Rápidamente una retorcida parte del ser de Rhaenys se sintió sedienta de venganza, Lyanna tuvo la oportunidad de hacer lo correcto,  sin embargo humilló a su madre mandando esa carta donde aseguraba que escaparía con Rhaegar.

Rápidamente acudió a su abuelo, que se alegro de verla y ella como siempre manipuló su débil mente. Ella quedó oculta en la sala del trono, observo como los norteños se sentían con derecho de exigir justicia para Lyanna, que Rhaegar sea traído a la capital y ser juzgado.

El rey rápidamente ordenó el arrestó de los Stark, acusándolos de conspiración contra la corona y tratar de matar a los príncipes. El rey ordenó que al resto de los nobles del norte se manden cartas para jurar rendición y solo así liberaran a su lord guardián y al heredero que gritaba blasfemias.

Una vez que ambos fueron llevados a los calabozos Rhaenys fue a sus aposentos y entre las cosas de su madre busco la carta de Lyanna. Balerion maulla con disconformidad cuando va a salir de vuelta.

—lo siento bonito, sé que no te gusta que sea mala pero los Stark se sienten con mucho derecho y hay que ponerlos en su lugar... El hijo mayor declaró que Rhaegar secuestro a la zorra de su hermana, y no es justo para mí madre esa historia... –ella hablaba con seguridad que su familiar la comprendía, pero él gruñó molesto.

—¿Rhaenys?, ¿Qué haces revisando mis cosas? –la menor se sobresaltó al sentir a su madre llegar.

—quería investigar y Balerion me trajo hasta aquí... –Balerion gruñó inconforme con la mentira, ¿pero que le diría a su madre?, ¿Qué era una bruja que reencarnó en una niña y debe impedir que dañen a su familia porque en su vida anterior sus padres se sacrificaron para que viva pero de igual manera murió en extrañas circunstancias?, no... no sería un buen tema de conversación.

—pequeña mentirosa –su madre la toma en brazos y le saca los papeles– ¿a quién se los mostrarás?, ¿al rey?... no creo que haga nada para que tu papi vuelva

Rhaenys siente la tristeza de Elia cuando besa su frente y por primera vez es consciente de su realidad. Su padre la abandonó. Ella, su hermano y madre no eran suficientes para él; pasó de una vida donde su padre fue capaz de pelear contra Voldemort sin varita para darles a ella y su madre una oportunidad de supervivencia, a una donde no son suficientes para su actual padre.

Sin darse cuenta esta llorando escondiendo su rostro en el cuello de su madre, llora por James y Lily, por extrañarlos a pesar de esta nueva vida; llora por su madre Elia y su hermano Aegon, por el sufrimiento que Rhaegar los hace pasar; y llora por Rhaegar, el padre que no supo apreciar lo que tenía y hacia odiar este mundo.

—shh, ya mi bebé –Elia suspira triste mientras frota la espalda de Rhaenys, su bebé no merecía ese dolor.

Tanto Elia como Rhaenys ese día se propusieron que solo se preocuparían por quien se preocupe por ellas. Y para eso hace falta ser honestos.

—Mami, tengo un secreto que contarte... soy una bruja.

 soy una bruja

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Never Bended, Fire and Blood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora