𝕋𝟙. ℂ𝟚 𝕃𝕚𝕔𝕚𝕤𝕥𝕣𝕒𝕥𝕒

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El día transcurrió agitado.

Luciano había tomado la decisión de que no volvería a casa inmediatamente, por lo que a él le había gustado la idea de que le presentaría a la única mujer en el colegio además de mí.

Al demostrar lo que mi mamá llama "caracter podrido de tu padre", Luciano se marchó con algunos de sus compañeros de 6°A, entre ellos Octavio Quiñones "El Matón de 6°" que observó mi partida del colegio seguida de Eva, quién buscaba a los muchachos con la mirada.

—¡Cuídese de esa hembra, Ortega! —gritó Quiñones —yo sé porqué se lo digo.

—Limítese a mirar su camino, Octavio o lo puede atropellar un auto. —las risas de fondo y los viroteos hicieron que Quiñones sonriera ante la presión. Eva también sonrió —Yo sé porqué se lo digo.

Cuando Octavio finalmente decidió seguir a Luciano y al resto del grupo, Eva se acercó a mí compartiendo conmigo un silencioso "gracias".

Los chicos salieron después. Entre tanta multitud de hombres nos costó mucho llegar a ellos. Cinco chicos que parecían bastante entusiasmados.

—¿Y qué? —preguntó —¿para dónde van?

—Al cine —respondió Salcedo. Seco y arizco como de costumbre.

—¿Y no invitan?

Álvaro estaba sumido en sus pies que seguían a Martín perspicaces, con los labios formando una línea recta y las manos sosteniendo la pelota de fútbol como si la tuviese pegada al culo.

—No —respondió Martín orondo —es que no creo que la película que vamos a ver les guste.

—¿Cuál? —pregunté.

Más de uno parecía tenso. Con Eva tuvimos la hipótesis de que por eso mismo Martín era el líder del grupo. Pues, siempre daba la cara por los demás.

—El Pecado de las Colegialas —respondió —en el Imperio.

Siendo sincera, era bastante obvio. Eran hombres y tenían hormonas, pero creí al menos que ellos tendrían el sentido común de no ir a ver ese tipo de películas de mierda.

Y sin embargo, ahí estaban; el único de los posibles amigos que había encontrado el primer día de clases: yendo a ver una película pornográfica.

Me quedé quieta, viéndolos caminar alineados. Al menos Gustavo y Rodrigo miraban atrás de vez en cuando. Fue cuando noté que Eva se había puesto al lado mio.

—Ya la vi.

Solo eso faltaba decir para que el grupo de hombres, con hormonas de niños de 13 años se diera vuelta casi de inmediato, torciendo el cuello como poseídos.

Se me escapó una sonrisa. Al fin los varones iban a recibir una lección. Eva, también sonrío al notar sus caras de shock.

—Yo también la vi.

—¿Quién le va a creer a usted que vio semejante película, Ortega? —-preguntó Salcedo.

—Tengo un hermano mayor, ignorante.

Álvaro rió. Martín parecía que iba a perder la cara.

—¿Y les gustó? —preguntó Rodrigo.

—No —respondió Eva —es muy mala.

—Si, puro porno sin argumento.

—En el Metro Rivera están dando una que se llama "Saturday night fiver", con un actor nuevo que se llama John Travolta, que dizque baila como los dioses.

LA PRIMERA VEZ DE CASTRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora