Alma gemela

Parte 16: Cada día

Sus ojos se centraron en mí y comenzó a mirarme detenidamente como si dudará que yo fuera real, su mano derecha se posó en mi mejilla y comenzó a acariciarla, luego siguió con mi nariz, con mis ojos, con mis labios, no podía explicar cómo se sentía mi corazón parecía que en cualquier momento se iba a salir de mi pecho, mi cuerpo sabía quién lo estaba acariciando y respondía a eso

-Cariño ¿Eres tú? ¿Enserio? ¿Eres tu? - asentí mientras lágrimas comenzaban a salir- no puedo creerlo yo sabía que no te había perdido, sabía que estabas con vida, sabía que seguiríamos juntos, no sabes cómo han sido de infernales estos dos años sin ti, cada día era un martirio este año decidí retomar lo del voley y justo volviste también, no puedo creer que esto sea cierto, dime qué no estoy soñando dime qué no tendré que despertar y perderte por favor

-Kageyama hay algo más que debo decirte- no podía mentirle aún no me acordaba de todo a ciencia cierta

-Tengo muchos recuerdos de nosotros, pero aún no tengo todas las piezas, recién están encajando, mi corazón y cuerpo te pertenecen a ti no me quepa la menor duda, pero aún me faltan muchas cosas más

-Claro que, si entiendo perfectamente, pero te ayudaré a qué recuerdes cada momento de tu vida donde ambos fuimos felices y dónde nos odiábamos también, aunque no me guste te hablaré de todo- asentí riendo

-Necesito saber que pasó aquel día- su cara se tensó, sabía que sería un mal recuerdo para el pero yo necesitaba saberlo, era una pieza importante

-Si, lo entiendo, pero podemos ¿Puedo besarte? - sus mejillas se sonrojaron - te he extrañado demasiado

-Claro que sí, ya te estás tardando mucho en hacerlo

Sabía que debíamos hablar, pero no iba a impedir una sesión de besos con la persona que amaba porque si sentía que lo amaba y quería decírselo, pero necesitaba recordar todo primero, sus labios llegaron a los míos, comenzó despacio como si tuviera miedo a lastimarme, como si pudiera romperme con tan solo un mal movimiento, esto era muy tierno, mi mundo era millones de estrellas por doquier no quería alejarme de él nunca

-Kageyama- me separé un instante de él

-Soy real, no me voy a ir- me abrazo con todas sus fuerzas

-Por favor no lo hagas nunca

-¿Te puedes quedar a dormir?- pregunto más bien parecía suplicar

-Está bien le diré a Yamaguchi que me cubra con papá

-Gracias, no podía dejarte ir, no ahora que te recupere-sonreí y el comenzó a llenar de besos mi rostro para luego darme varios picos

-Que cursi Kageyama

-Por ti seré el más cursi siempre

Nos sumergimos en un beso que parecía que nuestra vida dependería de ello...

-Kageyama ¿Podría tomar una ducha? Y ¿Podrías prestarme algo de ropa? Por favor

-Claro que, si puedes tomar todo lo que quieras, incluyéndome- este chico de verdad estaba loco

-Podría aceptar tu propuesta- decirle que me sentía cómodo y completo junto a él era poco, mi corazón se sentía completo con el

-Bien toma un baño mientras preparo algo para cenar si- asentí. Comenzó a caminar lento hacia la puerta, pero regreso al instante y me envolvió en sus brazos por favor no desaparezcas

-No lo hare- le di un pequeño beso y entre al baño- el olor que venia de la cocina era realmente delicioso, moría por comer lo que sea que esté preparando

-Así que mejoraste tu talento culinario, me alegra mucho comenzar a comer cosas decentes- lo abracé por detrás y le di un pequeño mordisco en su hombre

-Si mejoré por ti y para ti – se dio vuelta y me atrapo en sus brazos, dejó un corto beso en mis labios – vamos a comer cariño- la cena estuvo deliciosa, kageyama me tocaba cada dos por tres para saber si era real o no, lo que me hacia mucha gracia, pero lo entendía, dejamos todo en su lugar luego de cenar, subimos a la habitación y enseguida Kageyama me envolvió en sus brazos

-Tengo miedo de que seas un sueño y mañana que despierte desaparezcas- tomó el dorso de mi mano y dejo un beso en ella

-Seguiré aquí mañana, pasado y cada día de nuestras vidas