— Tus palabras dicen que no, pero este culito dice que si, lo puedo sentir — Gastón la tenia con una mano en su cintura y con la otra jugaba en la puerta de su ano con descaro.
Talía estaba completamente indefensa, son los ojos vendados, y con las manos atadas en su espalda, apenas podía mover sus manos para tratar sacar la mano de Gastón que jugaba en su culo, pero le era imposible sacarlo el viejo la superaba en fuerza — Por favor así no quiero — Talía estaba al borde del llanto, a una de sus amigas la habían desgarrado por ser follada tan duro por su ano, no quería eso para ella.
— Estas muy tensa, así te va a doler — Se hizo para atrás para nalguearla dos veces con fuerza, le gusto como su culo reboto y sonó con fuerza, luego la tiro al piso con cuidado, dejando su cabeza apoyada en el piso frio y las rodillas también, dejando el culo en pompa.
— Métemela por la vagina, no por ahí.
— Por aquí no — Le metió un dedo con rapidez, cosa que la morena grito del miedo, a pesar que no sintió dolor — tu cuerpo irradia sensualidad, no entiendo como antes nadie te rompió este lindo culito — El anciano comenzó a acariciar el cuerpo de la joven, pero una mano estaba estimulando el clítoris de esta, y con la misma mano con su dedo pulgar presionaba el ano de la morena.
A pesar de estar completamente a la merced del viejo y a sus perversiones Talía comenzó a disfrutar de las manos hábil de este, su respiración se comenzó a acelerar, y se le escapaban pequeños gemidos involuntarios, ya que ella no quería darle la impresión que lo estaba disfrutando, pero esa resistencia mas le gustaba al anciano y lo incitaba a continuar jugando con su ano.
Escucho como escupió dos veces, la segunda fue en su ano, la que lo pudo sentir, supo en ese momento que no tenia mucha escapatoria, pero decidió hacer un ultimo intento — Grábame mientras me coges por la vagina, con ese vídeo en tu poder me podrías usar cuando quieras.
— Después de usar tu culito vendrás a mí todos los días, ya que no encontraras ningún placer que se le iguale.
Con esas palabras supo que no tenia escapatoria, relajo el cuerpo lo que mas pudo, sabiendo que no tenía caso seguir resistiéndose, comenzó a sentir como la verga de Gastón empujaba su ano con fuerza, mientras esto trascurría solo una idea rondaba su mente, "hice mal en confiar en este viejo", el cual me destrozara el culo sin piedad.
a pesar de la resistencia del ano de la morena en anciano continúo haciendo fuerza lentamente, un grito agudo se escuchó en toda la casa cuando entro el grande de Gastón — Que rico y apretado que esta — Fueron sus únicas palabras antes de continuar su tarea en llegar en lo más profundo de ese sabroso culo.
Talía ya no decía palabra, era demasiado sufrimiento, solo jadeaba y se abrió lo que más pudo de pierna para darle lugar suficiente para que entre esa verga dura sin causarle daño.
— Dios como duele...
— Solo dolerá unos minutos luego me pedidas más — Se aferro fuerte a la cintura de la morena y comenzó a empujar con más fuerza, sintiendo como su verga se hundía más en ella.
La joven deseaba tener algo para morder y no gritar tanto, su rostro pegado al piso y sus manos atadas le eran imposible no gritar, a consecuencia los gritos de ella continuaban sin parar, mientras sentía como su ano se partía en dos y su vagina parecía disfrutar de este dolor agudo ya que en ningún momento dejo de estar más que mojada.
Cuando la verga había entrado a la mitad Gastón la saco para meterla de golpe de vuelta, cosa que volvió a arrancar los gritos de Talía, disfrutaba verla gritar y jadear, se veía muy erótica totalmente dominada.
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El semental y sus adorables vecinas
RomanceLas mujeres de un barrio privado comienzan a conocer a su nuevo vecino, un hombre de sesenta años, que de apoco se ganara la confianza de las mujeres, notando que este hombre es un semental con muchas ganas de procrear y divertiste en el proceso, ¿c...