°• Once upon a time •°

|| 1 || "Sueños extraños"

Otro día normal y aburrido en la corte. Se podría decir que un poco monótono, pero al menos pacífico sin tanto alboroto y drama como en sus días de agente, claro no era lo mismo, pero al menos sus estudios de derecho y leyes lo habían salvado de encontrar un empleo decente con una paga normal que cubriría cómodamente sus gastos. Podría decir que extrañaba la adrenalina pero también echaba de menos sus horas de sueño, y eso no lo cambiaría por nada.

Cómo cualquier día se hizo la cena escuchando las noticias del día en la televisión, se sirvió uno o dos vasos de vino rosado que le degustaron dulcemente su boca, sacó de su alacena una lata fresca de atún para ponerla en el piso, al instante una bola de pelos anaranjados maullo frotando su lomo contra su pierna.

- ¿Dónde te habías metido Jjongrami? Estaba muy cerca de llamar a mascotas perdidas, tonto -

Hongjoong lo acarició escuchando un suave ronroneo, llevó su plato recién hecho de ramen por qué sus dotes culinarios no alcanzaban para más, se quitó el saco y la corbata dejándolos a un costado del sillón acomodando un cojín a lado suyo donde su gato se echó al instante. Tomó el plato en sus manos cruzando sus piernas en la mesita de cristal en la sala.

- "El pánico sigue apoderándose de Roma al encontrar más destrozos en la basílica, el Papa ha dado su testimonio asegurando que esto fue causado por terroristas pero la mayoría de residenciales intuye que se trate de un atentado por cualquiera de los otros dos reinos, siga conectado con nosotros para más información" -

Eso definitivamente era una noticia nueva, creyó haber escuchado algo así en su trabajo durante la hora de almuerzo pero no prestó suficiente atención. Hongjoong exhaló fuertemente apretando la mandíbula. El reino de los humanos solo esperaba culpar a otro por todo lo que ellos mismos se ocasionaban, casi como serpientes listas a atacar por miedo ante los otros reinos que probablemente ni siquiera sentían interés en ellos, algo patético, se avergonzaba de eso, pronto se diría la causa de ese incidente en la basílica y entonces los humanos tendrían que disculparse con el reino de los seres míticos.
Por milésima vez.

- Seguro que tú eres más inteligente que todos esos -

El gato lo vió batiendo su cola, Hongjoong agachó su cabeza sonriendo instantáneamente al sentir la lengua áspera del gato en su nariz. Apagó la televisión y metió al lavavajillas los platos que había utilizado. Antes de irse a su habitación organizó los archivos que le habían pedido para el caso de mañana, los guardó en su maletín antes de apagar todas las luces de su departamento. Su mascota lo siguió a su habitación con su característico cascabel en el collar de su cuello, tomó una ducha rápida como de costumbre usando solo su ropa interior para meterse debajo de sus sábanas. Echó un vistazo a la ventana viendo los edificios a través de la profunda noche, los sonidos de la calle eran su rutina para que sus párpados se hicieran pesados y su respiración más lenta. Así como diariamente se quedó dormido en un santiamén.
Tuvo la noción de que alguien lo estaba viendo pero su cansancio y pereza le hicieron creer que era Jjongrami, cosa que asumió al oír el cascabel a una distancia lejana, rodeó la almohada con sus brazos dispuesto a sumirse en un sueño más profundo cuando un agudo maullido hizo que abriera los ojos en ese momento.

- ¿Jjongrami? ¿Estás bien? -

Hongjoong encendió la lámpara en el buró cerca de su cama, un abrupto olor a azufre se impregnó aún más fuerte en la habitación. Hongjoong inhaló con fuerza tomando asiento en la cama algo confundido. No se inmutó cuando vió una cabellera negra con mechones blancos al costado de su habitación con traje rojo, hizo una mueca con su boca al ver cómo sostenía a su gato por el cuello.

- Suéltalo -

El chico del traje rojo rodó los ojos y dejó al gato en el suelo que se lanzó corriendo detrás de los pies de Hongjoong arrugando su hocico y enseñando los dientes.