Capítulo 12

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Antes de que Freen pudiera responder, la puerta del dormitorio se abrió de golpe, haciendo que la chica alta inmediatamente se alejara de Becky. Desafortunadamente, esto le causó que cayera de espaldas en el suelo, gimiendo por el golpe.

— La cena está lista — Heidi sonrió desde la puerta. Freen la miró, sólo para que la castaña le guiñara. Ante la mención de la cena, Becky aplaudió emocionada. Sin decir una palabra, la pequeña saltó de la cama y se fue arrastrando los pies hacia abajo.

Heidi se acercó, extendiendo una mano a Freen para ayudarla a pararse del suelo. Freen le dio a su amiga de cuarto una mirada molesta, aceptó la ayuda, y se sacudió sus pantalones una vez que ella se puso de pie. Becky ya se había ido. Heidi tendió la mano a Freen para esperarla antes de ir abajo.

— ¡¿Qué interrumpí?! — Heidi levantó una ceja.

— Nada — espetó Freen, sacudiendo la cabeza. — ¿De qué estás hablando?

Heidi suspiró, cruzando los brazos y dándole a Freen una mirada de complicidad.

— ¿Qué? — Freen resopló.

— Obviamente algo está pasando entre ustedes dos — Heidi señalo en la dirección que Becky se había ido. — Es bastante obvio.

El rostro de Freen vaciló por un momento, pero rápidamente se recompuso.

— No estaba pasando nada — dijo con firmeza, asintiendo una vez antes de caminar pasando a Heidi fuera de la habitación.

— Si tú lo dices — Heidi suspiró. Siguió a Freen por las escaleras, pero le agarró la mano antes de que llegara a la cocina. — Pero si algo estuviera pasando, me aseguraría de decirte que tengas cuidado — susurró.

El estómago de Freen se volcó, y miro a Heidi.

— Bueno, buenas noticias, no pasa nada — dijo antes de desaparecer en la cocina. Heidi suspiró ante la terquedad de su amiga.

— ¡Freenky, mira! — Heidi saltó delante de Freen y levantó el tazón amarillo con macarrones con queso dentro. Freen levantó una ceja a Heidi, quien se encogió de hombros.

— Fue todo lo que teníamos — Mind le paso a Freen su tazón por el mostrador. La chica suspiró, agarrando un tenedor y después siguiendo a sus compañeras a la sala de estar. Antes de que Becky llegara, normalmente las cuatro compañeras cenaban separadas en lugares diferentes. Ahora, comían todas juntas. Freen no se había dado cuenta cuanto extrañaba pasar tiempo con ellas.

Como de costumbre, Heidi, Mind, y Nam se sentaron en todos los lugares libres del sofá, a propósito, sin dejar espacio para Freen. No es que le importara, sin embargo. La chica de ojos mieles se sentó en el suelo a poca distancia de Becky, quien le sonrió ampliamente con la boca llena de comida.

— Alguien está de mejor humor — comentó Mind apuntando hacia Becky. Heidi y Nam asintieron con la cabeza.

— Es porque Freen está en casa — Heidi sonrió. Freen la miró, pero obviamente no le afecto a la castaña. — Es bastante obvio lo mucho que Becky quiere a Freen.

— Si — Becky asintió, como si estuviera confirmando lo que Heidi había dicho. — Quiero a Freenky. Quiero besar a Freenky — dijo casualmente, tomando otro bocado de su comida. Freen, sin embargo, casi se ahogó con su propia comida. Miró a sus amigas, que parecían igual de conmocionadas que ella.

— ¿Qué dijiste Becky? — Heidi miró a la otra chica. Becky miró y ladeó su cabeza.

— ¿Qué?

Suspirando, Heidi le echó a Freen una mirada de confusión, la cual esta regresó rápidamente. El corazón de Freen estaba golpeando fuertemente contra su pecho, y juraba que todos en la habitación eran capaces de escucharlo. ¿En verdad Becky había dicho eso? Ella no podía tenerlos. Freen miró a la chica más joven, que estaba felizmente comiendo su cena.

Yellow // FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora