Los seres humanos son tan salvaje, que los leones se esconden al presentirlos.
Anónimo
Había pasado dos años, las cadenas resonaban en cada paso que daba, sus ojos salvajes estaban sobre mi piel desnuda, aquel iris gris me envolvió enseguida y me atrajo a su cuerpo para que su perfume quedara impregnado en cada parte de mí.
—Son las elecciones nuevamente, ¿Seguro que vas a ganar?
Su mano se deslizó con delicadeza por mi mejilla y sonrió mientras acercaba mi boca a la suya.
—Tan seguro como tus sentimientos por mí.
Me separé enseguida y lo miré perpleja, la rabia hervía por mi sangre y giré la cara a otro lado, enseguida sentí mi piel arder y caí de rodillas mientras nuevamente las lágrimas brotaban de miss cuencas.
—Basta
—Jamás muñeca...
Me obligó a levantar la mirada y mantener la cara inclinada mientras observaba como se desabrochaba la bragueta, las náuseas volvieron pero traté de esconderlas mientras hundía las uñas en mis muslos.
—Abre la boca — me apretó la mandíbula y en cuento le obedecí relajó su agarre — buena chica, ahora chupa
Después de pasar día tras día intentando morir, había desistido, lo único que me quedaba de ello eran las cicatrices en mi cuerpo y el dolor en mi alma, ningún intento fue exitoso, al contrario todo fue un fracaso, un fracaso que odiaba con todo mi ser.
—Lo haces muy bien muñeca...
Sus manos apretaron las hebras de mi cabello y me clavó el largor de su miembro en mi garganta sintiendo las ganas de vomitar, pero no se detuvo, al contrario, fue más violento, con el único propósito de acabar y desecharme en el suelo.
—Voy a divorciarme y me casaré contigo, ¿No te gusta la idea, muñeca?
Tosí mientras me incorporaba y lo miraba a través de mis pupilas nubladas por las lágrimas
—Dime algo
Lo ignoré mientras me levantaba y caminaba tambaleante hasta el baño, pero a mitad de camino me detuvo y me obligó a observarlo
—Ha pasado un año muñeca, y tienes grabado mis iniciales en tu trasero, ¿No me amas?
—No seas cínico...
Me solté para entrar al baño y cerrar la puerta evitando por completo el contacto con aquel monstruo, sentándome a llorar como una pequeña mientras me preguntaba por qué todo esto me sucedía a mí, si el único mal que había cometido fue que él me haya visto y se haya obsesionado conmigo.
Abrí la llave de la ducha y dejé que el agua fluyera por todo mi cuerpo, intentando limpiar algo que no se podía limpiar, pero me hacía ilusión que sí.
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ELIZABETH 【EN EDICIÓN]
RomanceUna maldición, un corte de rosas y las llamas del infierno es lo que vivirá Elizabeth antes de resurgir al cielo y ser el Ángel de la guarda para Michael... ¿Seguirá aferrandose a la vida?