~capítulo 07~

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A las doce del medio me levanté al lado de Fermín, él estaba abrazado a mi cintura y de vez en cuando, dejaba una leve caricia. Me giré, observado cada facción de su cara. Sus ojos cerrados con sus largas pestañas, sus labios entreabiertos, alguna que otra peca, era preciso.

-¿Cuánto llevas mirándome, preciosa?- susurró Fermín, aún con los ojos cerrados.

-Lo suficiente para saber que te quiero y que eres precioso- dije dándole un pequeño golpe en la punta de su nariz.

Se levantó de repente, como si se hubiese asustado, ¿la había cagado? Pero él rápidamente puso sus manos en mis mejillas y me dio un beso. No era un simple beso, era tierno y delicado. Fermín me trataba como si fuese una delicada muñeca de porcelana, y eso me encantaba.

-Amor, ¿quieres hacer algo?- me preguntó Fermín pero yo estaba en shock, ¡me había llamado amor! Sentía su voz de fondo, llamándome.

-¿Eh?, a sí, estaba en mi mundo perdón rey- le contesté con una sonrisa.

-Vamos a hacer la comida y hablamos del tema. Por cierto, ¿no tienes entreno hoy?- le pregunté mientras iba a la cocina.

-No, han cambiado los días de fiesta para que Gavi pueda celebrar su cumpleaños tranquilo- me dijo mientras me daba un beso en la mejilla. Sentir sus labios sobre mi piel, me hacía sentir mariposas. Con un poco de contacto ya se me erizaba la piel, es impresionante, ¿no?

-Oh perfecto- le dije mientras cogía la masa de la pizza.

Decidimos hacer pizza casera y se nos fue de las manos, estábamos llenos de harina y la cocina estaba echa un desastre, pero por suerte la pizza estaba exquisita.

-Dios amor, está increíble, pero voy a ducharme y después recojo todo- me dijo mientras ponía su plato en el lavavajillas.

Yo decidí preparar lo que me iba a poner para ir a la piscina, en la casa de los chicos.

Cuando Fermín salió de la ducha me metí yo, no me lavé el pelo, porque en la piscina se me podría mojar. Me puse una falda y una chaqueta a juego, con un top blanco y unas gafas de sol negras.

Preparé una bolsita donde puse protector solar, mi bikini, una toalla y mi teléfono

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Preparé una bolsita donde puse protector solar, mi bikini, una toalla y mi teléfono. Me tapé alguna marquita y fui con Fermín, que me esperaba en el salón. Me inspeccionó unas cuantas veces y se acercó a mi.

-Estás increíble amor- y me dio un tierno beso en los labios.

-Gracias rey, ¿nos vamos?- le dije entrelazando su mano con la mía, sintiendo como una corriente eléctrica recorría mi cuerpo.

Automáticamente fuimos al coche y nos dirigimos a su casa. Mientras conducía dejaba leves caricias en mi pierna, provocándome varias sonrisas. Cada vez me enamoraba más y eso me daba un poco de miedo, pero decidí arriesgarme con él.

Al llegar, cogí las bolsas y toqué el timbre, me abrió Pedri y nos dimos un gran abrazo, era mi mejor amigo sin dudas.

-Alice por dios, como extrañaba verte por aquí- me dijo él mientras me abrazaba.

Tu mirada siempre indicará mi caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora