Capítulo 02

122 21 0
                                    

𝑴𝒂𝒅𝒊𝒔𝒐𝒏 𝑲𝒏𝒐𝒙

Patrick y Camille me han ayudado mucho desde que llegué. Me han informado sobre ciertos asuntos del caso Mascherano, y Patrick no ha dejado de agregar chismes sobre la vida personal de los soldados. Después de un largo día, ambos mencionaron una celebración en un bar y me invitaron a asistir para conocer a sus amigos. Acepté con gusto, pensando que sería una buena oportunidad para integrarme mejor.

Al llegar al bar, varias personas en una mesa levantaron la mano para llamar nuestra atención. Entre ellos se encontraba Christopher Morgan, mirándome de mala forma. Suspiré y rodé los ojos antes de seguir a Patrick, quien me indicó dónde sentarme, justo al lado del coronel de mal carácter.

—Hola a todos, soy Maddie —dije, sonriendo y tratando de mantener un tono amigable. No me gustaba presentarme formalmente en un ámbito fuera del trabajo; eso lo dejaba para momentos profesionales.

—Maddie, estos son algunos de nuestros compañeros —dijo Patrick, señalando a cada uno mientras los presentaba. —Y este es Christopher Morgan, nuestro querido coronel.

—Querido, sí, claro —murmuré para mis adentros, pero mantuve la sonrisa.

La conversación comenzó de manera ligera, con Patrick y Camille intentando mantener el ambiente relajado. Hablamos de temas triviales, desde el clima hasta anécdotas divertidas del trabajo. Sin embargo, la presencia de Christopher era una sombra constante.

—¿Qué celebramos? —pregunté finalmente, tratando de mantener un tono casual.

Christopher me miró con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.

—Celebramos mi divorcio —dijo, levantando su copa.

Sentí la tensión en el aire, pero decidí no dejarme intimidar.

—¿Tú? ¿Casado? Debo conocer a la desdichada —bromeo recibiendo una negación de Camille, como tratando de que evite el tema. —Bueno, entonces celebremos que al fin eres libre—respondí, levantando mi copa también.

—¡Salud! —dijeron todos al unísono, aunque noté que la voz de Christopher sonaba menos entusiasta.

—Yo nunca pierdo—celebró el coronel. —Al fin me he liberado de ese estorbo.

—Y de su madre. —Patrick le palmea el hombro con una sonrisa.

—No me siento bien con esto. —Simon duda con el trago que le entrego. —Bratt también es mi amigo y su familia no la está pasando bien.

—Bebe y relájate, déjate de pendejadas, que ahora es el momento de Chris. —Camille lo obliga a beber con una sonrisa en el rostro.

Estamos en uno de los bares más exclusivos de la Quinta Avenida londinense. La intriga me estaba carcomiendo la mente y no me moleste en inclinarme hacia Christopher mientras todos reían y gritaban mientras Camille hacia fondo blanco con una bebida.

—Quiero saber sobre tu exesposa y por qué se divorciaron, — dije sin rodeos, con mi mirada sobre él y una sonrisa inocente para tratar de persuadirlo a que me cuente más de su vida.

Christopher levantó una ceja, claramente sorprendido por la pregunta.

—¿Y por qué debería contarte algo tan personal? —replicó, su tono defensivo.

—Porque me debes una, —respondió con calma. —¿Recuerdas lo que pasó en el estacionamiento hace unos días? Intentaste intimidarme, y ahora quiero respuestas. Es lo mínimo que puedes hacer. Saciar mi curiosidad. —hablo dirigiendo mi mirada al resto, ellos seguían riendo y charlando sin prestarle mucha atención a Christopher o a mí.

Hilos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora