Capítulo 16: Paz

279 48 16
                                    

Ojalá les guste este cap ❤️

2/3

_______

LORENZO

—Tania, implementaré la seguridad y necesito de tu autorización —hablo firme, mientras estamos concentrados en algunos papeles. Siento la tensión en Paloma cuando Tania baja los documentos y me ve, con el ceño fruncido.

—¿Por qué; qué pasa? —Ella sonríe, burlona—. ¿Quieres vigilar a tu novia?

Sé que lo dice para burlarse un poco pero no me molesto en reprenderla.

Esta mañana le dije a Paloma que debía hablar con Tania para contratar a más gente de seguridad, porque ella también debía firmar la autorización y entrevista a empleados nuevos, por lo que debía decirle las razones necesarias y que ella esté de acuerdo. Paloma, luego de analizarlo, me dio permiso de contarle la verdad sobre su pasado. Por lo que me preparo para hablar, no obstante, Paloma baja también los papeles y toma una gran bocanada de aire, indicándome después que será ella la que hable.

—Mi padre debía mucho dinero a una especie de organización de préstamos para tonterías como apuestas, o de gente que por supuesto no pagaba a tiempo y forma, sin importar para qué usaran el dinero. —Mira hacia el gran ventanal como distracción—. Dinero que terminé pagando yo durante siete largos y torturartes años, fui golpeada, maltratada y humillada, y tengo infinidad de cicatrices, pero me liberé, o al menos de esos tipos, porque mi padre ha vuelvo a buscarme, no sé qué quiera de mí o de mi madre, pero se ha vuelto violento y agredió a mi amiga y a su novio solo porque no me encontraron en casa. Lorenzo quiere implementar la seguridad para que no golpee a alguien más y, principalmente, que no se me acerque.

Se gira solo para descubrir que Tania tiene los ojos bien abiertos y llenos de lágrimas sin derramar, incapaz de decir una sola palabra, mostrando gestos de terror.

—Y por eso quiero que esté segura —agrego, tratando de aminorar la tensión.

—Por eso no volviste a la prepa —dice Tania, como aterradísima—. Tuviste problemas con esos tipos.

—Sí, me secuestraron.

—¡Santo Dios! —Se cubre la boca y finalmente veo cómo caen las lágrimas, está demasiado afectada—. Dime que Mariano no fue producto de...

—Oh, no, por supuesto que no. —Paloma le toma la mano—. Mira, estoy bien actualmente, ¿sí? Ya pasó todo lo malo, y los tengo a ustedes, pero de todas formas le tengo miedo a mi padre, siempre fue capaz de cosas muy locas, claro que nunca fue abusivo ni un golpeador, nunca nos hizo daños físicos, pero no lo conozco ahora, no lo había visto en ocho años, nos abandonó a mi madre y a mí días antes de que esos hombres llegaran a cobrar su deuda y...

Tania finalmente se levanta de tajo y la abraza, llorando y temblando. Creo que anda más sensible de lo que la conozco.

—Lo autorizo, por supuesto —dice bajito—. Paloma, quiero que sepas que por supuesto que me tienes a mí también, ¿sí? Ese hombre no se va a acercar ni a ti ni a tu bebé.

—Gracias, Tania. —Paloma asiente y suspira, tratando de no llorar junto con ella—. Ni siquiera sé qué pensar de él, tengo mucho miedo, no sé lo que busca o para qué nos quiere, pero no quiero averiguarlo de todos modos.

Alcanzo a notar que le tiemblan las manos a ella también. En la madrugada, me di cuenta que no podía dormir por pensar en eso, la miré tocar sus cicatrices y secarse las lágrimas que estaba derramando en silencio. Cuando despertó Mariano, me ofrecí a atenderlo por lo que se dio cuenta de que estaba despierto yo, mirándola. Hablamos de su sentir y le volví a prometer que ellos van a estar bien conmigo.

Te debo mi odio©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora