12

135 18 1
                                    

Pequeñas charlas.




La guerra había dejado cicatrices en el Mundo Mágico, algunas visibles y otras ocultas. Se habían reconstruido calles y las familias habían intentado reconstruir sus vidas. Pero algunas cosas no eran tan fáciles de reparar.

Bellatrix Black era una de esas cicatrices.

En el pasado, una mortífaga temida y odiada se había convertido en agente doble a mitad de la guerra. Su inteligencia había sido inestimable, había salvado incontables vidas y había cambiado el curso de varias batallas. El Ministerio lo sabía. La Orden lo sabía. Sin embargo, ¿el público? Solo veían la sombra de su pasado, la marca oscura en su brazo y el fuego en sus ojos.

Los rumores se arremolinaban a su alrededor. Los susurros llenaban Diagon e incluso el Callejón Knockturn, y las miradas acusadoras se dirigían hacia ella desde el Caldero Chorreante. Algunos la llamaban heroína. Muchos la llamaban traidora. Pocos sabían la verdad de sus sacrificios.

Aún menos sabían de su secreto mejor guardado, la verdadera razón por la que había cambiado de bando: su novia.

Hermione Granger, la bruja más brillante de su edad, había encontrado algo en Bellatrix que pocos entendían. En la privacidad de los momentos robados, habían forjado un vínculo que era a la vez ardiente y tierno. Pero cuando el mundo de la posguerra se acomodó en su nueva realidad, se encontraron por primera vez sintiendo realmente el peso de la guerra. Además de lidiar con sus traumas personales, el mundo observaba a Bellatrix muy de cerca, esperando un paso en falso, ansioso por arrojarla de nuevo a la oscuridad. Ahora que se acercaba el año desde la batalla final, este secreto se estaba volviendo más difícil de guardar.

El frío golpeó a Hermione en el momento en que salió de la red flu hacia la Mansión Black. Unas paredes frías y austeras se alzaban a su alrededor, haciendo eco de las historias y secretos de la familia Black. Todo el lugar parecía una fortaleza: imponente, amenazante y aislada del calor del mundo exterior. La grandeza de la mansión era inconfundible, pero era una belleza fría e intimidante.

Dejando a un lado la inquietud que siempre parecía instalarse en sus huesos al llegar, Hermione se dirigió a la biblioteca. Los estrechos pasillos estaban llenos de retratos de los antepasados Black, que la seguían con una mezcla de curiosidad y desdén. Aunque permanecieron en silencio, sabiendo que no sobrevivirían si se atrevían a decir algo sobre la joven bruja.

Sabía que Bellatrix estaría en la biblioteca. Era su refugio, un lugar donde encontraban consuelo en la mutua compañía. El suave resplandor que emanaba de debajo de la puerta confirmó sus sospechas.

Pero la visión que Hermione vio fue inesperada. Allí, en medio de la enorme sala llena de libros y cuentos antiguos, estaba sentada Bellatrix. Estaba en el suelo, una figura vulnerable con las rodillas dobladas y los brazos alrededor de ellas. El destello del fuego iluminaba su rostro, proyectando sombras que solo parecían acentuar su angustia. Frente a ella había un montón de recortes de periódicos.

Los ojos de Hermione se dirigieron a los recortes y leyeron los crueles titulares:

¿Traición de Black o juego calculado? ¿
Se puede confiar verdaderamente en un mortífago?
Bellatrix Black: No olvidemos la historia
Un monstruo que nunca cambia
¿Bruja cambiada o bomba de relojería?

A Hermione le dolió el corazón ante la malicia descarada de sus palabras. Se acercó lentamente, las tablas del suelo se suavizaron bajo sus pasos. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, colocó suavemente una mano sobre el hombro de Bellatrix. "¿Bella?"

Bellatrix levantó la cabeza tan rápido que Hermione se estremeció. Sus miradas se cruzaron y, en las profundidades de esos ojos oscuros y tormentosos, Hermione vio un dolor que no había previsto. Las reveladoras huellas de lágrimas brillaban en las mejillas de Bellatrix y sus ojos reflejaban una cruda vulnerabilidad.

One-shot Bellamione Donde viven las historias. Descúbrelo ahora