Bajo la superficie/Maxley

Capítulo 4: Descubriendo Nuevas Dimensiones

Los días siguientes a la revelación de sus sentimientos transformaron la dinámica entre Max y Bradley. Su relación, que alguna vez se había definido por la competencia y el conflicto, ahora se estaba construyendo sobre una base de confianza y comprensión mutua. Pasaban más tiempo juntos, tanto en el campus como fuera de él, y aunque seguían enfrentándose a sus propios desafíos, se sentían más conectados que nunca.

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Una noche, después de una tarde particularmente agotadora en la universidad, Max invitó a Bradley a su apartamento. La idea era simplemente relajarse y disfrutar de una noche tranquila juntos. Max había preparado algo de comida y, aunque no era un chef experto, hizo todo lo posible para que la velada fuera especial.

Cuando Bradley llegó, la atmósfera en el apartamento era acogedora. Luces suaves iluminaban la sala, y el aroma de la comida casera llenaba el aire. Bradley se sorprendió gratamente al ver el esfuerzo que Max había puesto en preparar todo.

-Wow, Max, esto se ve increíble,- dijo Bradley, sonriendo mientras observaba la mesa.

Max se acercó y le dio un suave beso en la mejilla. -Gracias. Pensé que podríamos usar una noche relajada después de todo el trabajo que hemos estado haciendo.-

Mientras cenaban y conversaban sobre sus días, la conversación fluyó con naturalidad. Hablaban de sus planes futuros, de sus sueños y de cómo se sentían ahora que estaban más abiertos el uno al otro. La conexión emocional entre ellos era palpable, y ambos podían sentir cómo sus sentimientos se profundizaban.

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Después de la cena, Max sugirió que se acomodaran en el sofá para ver una película. Se sentaron cerca uno del otro, y la proximidad física aumentó la tensión entre ellos. Max pasaba su brazo alrededor de los hombros de Bradley, y este se acurrucó más cerca, disfrutando del contacto.

A medida que la noche avanzaba, la atmósfera se volvió más íntima. Max miró a Bradley a los ojos, notando la manera en que sus labios se curvaban en una sonrisa. Había una chispa en el aire, una tensión que era imposible ignorar.

-Bradley,- dijo Max suavemente, -hay algo que quiero hacer. Si estás dispuesto.-

Bradley lo miró con ojos llenos de expectación. -Estoy listo.-

Max tomó la mano de Bradley y lo guió hacia el dormitorio. El ambiente era ahora más cargado, una mezcla de anticipación y deseo. Max estaba decidido a explorar una nueva dimensión de su relación con Bradley, y aunque ambos estaban emocionados, Max sabía que tenía que tomar el control de la situación.

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Cuando entraron al dormitorio, Max apagó las luces para que solo quedara una luz suave que emanaba de una lámpara de mesa. La luz suave creaba sombras que danzaban en las paredes, añadiendo un toque de sensualidad al ambiente. Max se volvió hacia Bradley, su expresión firme pero cariñosa.

-Quiero que te sientas completamente libre esta noche,- dijo Max con voz profunda. -Confía en mí y haz exactamente lo que te pida.-

Bradley asintió, su corazón latiendo con fuerza. -Confío en ti, Max.-

Max comenzó a desvestir a Bradley con cuidado y deliberación, sus manos moviéndose con una combinación de firmeza y ternura. Cada prenda que quitaba revelaba más de la piel de Bradley, y Max se tomó su tiempo para explorar cada centímetro con sus manos.

Una vez que Bradley estuvo completamente desnudo, Max se desvistió también. Se acercó a Bradley y lo hizo recostarse en la cama. Luego, le dijo suavemente: -Quiero que te acuestes aquí y cierres los ojos. No te muevas, solo relájate y sigue mis instrucciones.-

Bradley obedeció, su respiración se hizo más pesada mientras esperaba las próximas acciones de Max. Max comenzó a besar a Bradley, sus labios deslizándose con suavidad por su pecho y abdomen. Sus caricias eran meticulosas, cada movimiento cuidadosamente calculado para despertar el deseo y mantener el control.

-Quiero que levantes las piernas,- ordenó Max con voz firme. -Así.-

Bradley obedeció, sus músculos tensándose mientras se acomodaba en la posición que Max había indicado. Max continuó explorando el cuerpo de Bradley, sus caricias se volvieron más intensas y sus besos más apasionados.

Con la misma firmeza, Max guió a Bradley hacia una mayor intimidad. -Quiero que me digas si te gusta lo que hago. No te guardes nada.-

Bradley, con los ojos cerrados y la respiración entrecortada, murmuró: -Me gusta, Max. Me gusta mucho.-

Max sonrió, sintiéndose satisfecho al escuchar la respuesta de Bradley. Continuó, llevando a Bradley a un estado de éxtasis y placer mientras mantenía el control total. Su dominio era evidente en cada movimiento, en cada orden dada con suavidad, pero con una autoridad inconfundible.

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La noche continuó con una serie de caricias y besos, cada uno llevando a ambos a un nivel más profundo de conexión. La intimidad entre Max y Bradley creció, no solo física sino también emocionalmente. Mientras Max mantenía su rol dominante, lo hacía con una ternura y un cuidado que mostraba cuánto le importaba Bradley.

Finalmente, cuando se detuvieron, ambos estaban exhaustos pero satisfechos. Max se tumbó a lado de Bradley, abrazándolo con ternura. -¿Estás bien?- preguntó suavemente, su voz llena de preocupación y afecto.

Bradley, aún recuperándose, se acurrucó contra Max y sonrió. -Sí, estoy bien. Más de lo que jamás imaginé.-

Max lo besó en la frente y susurró: -Me alegra escuchar eso. Gracias por confiar en mí.-

Bradley se volvió hacia Max, sus ojos brillando con una nueva comprensión. -Confío en ti más que en nadie. Esta noche ha sido... increíble.-

Mientras se abrazaban, ambos sabían que su relación había dado un giro importante. La intimidad que habían compartido no solo había fortalecido su conexión física, sino también emocional. Ahora estaban listos para explorar no solo sus deseos, sino también las profundidades de su relación, enfrentando juntos lo que el futuro les deparara.