Trillizos Park. - bts

038

—¿Tenéis pensado hacer algo durante las vacaciones de Navidad?

Jimin pasó uno de sus brazos por mis hombros mientras caminábamos junto a Dooly, Hoseok y Namjoon a través del pasillo de taquillas de nuestra facultad, cada uno con una expresión más adormilada que el otro. Acabábamos de terminar de desayunar y los cinco decidimos adelantarnos al edificio, ignorando los berridos molestos de mi hermano y el resto, que habían alargado la comida sirviéndose por segunda vez.

Ese día, además, me desperté de buen humor. Tras una larga tarde de estudio en mi habitación con la compañía del trillizo más tímido, ambos terminamos durmiendo entre mis sábanas una vez más, disfrutando de nuestra compañía sin tapujos. Todo gracias a Taehyung días atrás, quién aseguró que Dooly no era la única persona con papeles azules. La charla con él libró toda tensión acumulada hacia el chico, aliviándome de pies a cabeza; al día siguiente, el domingo, esperé a mi amigo en el aparcamiento de la Universidad y me disculpé por haber estado distante con él, fundiéndome en su sonrisa tranquilizadora y sus ojos felices bajo las gafas. El chófer que trajo al chico incluso preguntó por mí y Dooly no tardó en presentarme como su mejor amiga, plasmando el desconcierto en el rostro del hombre mayor.

—Voy a viajar a Dallas unos pocos días —comentó el de cabello rosado, repasando distraídamente su teléfono—. SeokJin y yo vamos a visitar un viejo amigo allí.

—Qué envidia. Yo nunca he ido a Texas —Hoseok hizo una mueca. Abrió la cremallera de su mochila y la dejó preparada, encaminándonos a su taquilla—. ¿Por qué tanta curiosidad sobre Navidad?

—He pensado que podríamos ir de acampada a algún sitio. Quiero aprovechar las vacaciones y la caravana que me regaló mi padre.

—Suena un buen plan —el bailarín se detuvo en su casillero y nosotros junto a él, esperando a que adentrara los libros correspondientes en su bolsa con rapidez—. Puedo preguntarle a mi madre si me presta su caravana también, así tenemos más espacio.

—¡Qué planazo!

—¿Tú qué opinas, Brookie?

—Podría ser divertido —me encogí de hombros aún aprisionada contra el cuerpo del boxeador—. Aceptaré sólo si Dooly también viene.

Mi respuesta atrajo la atención sobre el nombrado, que se mantenía caminando en silencio tras nosotros sin borrar su bonita sonrisa. Sus carrillos se tiñeron de un leve rubor carmín y adentró sus manos en los bolsillos traseros de su pantalón, balanceándose suavemente debido a la palmada que Jimin le propinó en la espalda, contento.

—Entonces mi hermano está obligado a venir.

—N-no estoy acostumbrado a e-ese tipo de planes —murmuró cohibido—. ¿No molestaría?

—¿Cómo vas a molestar? —en un rápido movimiento, me zafé del agarre del chico de cabello azabache y rodeé el brazo de su gemelo, frunciendo el ceño—. Si vienes será mucho más divertido. No tendré que soportar a estos idiotas yo sola.

—¡Idiota tú!

—No estoy hablando contigo, Hoseok.

A pesar de ni siquiera mirarlo a la cara, no pude evitar reírme imaginando su semblante frustrado, centrando mis ojos en el refinado perfil de Dooly y en cómo se mordía el labio pensativo, con las pupilas clavadas en el suelo. Me permitió colgarme en él y así continué, ignorando la mirada fulminante de Jimin en mi nuca por el notable favoritismo.

—S-supongo que sí iré, si tú q-quieres.

—Entonces sí me uno al plan —zanjé.

—Ni yo dependía tanto de mi novia para hacer planes —Hoseok se entrometió.